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Justicia y equidad en acuerdo mundial sobre el clima

Jueves 15 de julio de 2010 - Agenda Global - Nº 158

Martin Khor

La justicia y la equidad deben ser los pilares de un acuerdo global sobre el cambio climático. Los países del sur necesitan “espacio de carbono” y “espacio para el desarrollo”. Sin ellos sufrirán, además de la crisis climática, una crisis de desarrollo, mientras que los países desarrollados continuarán ocupando gran parte del “espacio de carbono” disponible en la atmósfera.

Ésta fue la conclusión de un interesante taller al que asistí en Mumbai, India, organizado por el Instituto Tata de Ciencias Sociales.

El ministro de Ambiente de India, Jairam Ramesh, dijo que un acuerdo sobre clima será inaceptable para los países en desarrollo si no parte de la distribución equitativa de la atmosféra entre todos los países.

Ramesh desarrolló el concepto de “presupuesto de carbono”: hay que determinar cuánto carbono agregaron a la atmósfera los diversos países a través de los años, cuánto carbono puede absorber la atmósfera todavía antes de que aparezcan consecuencias desastrosas para la Tierra y cómo debería asignarse este “espacio de carbono” restante entre los diversos países.

En la sesión de apertura, apoyé la necesidad de desarrollar esta metodología del presupuesto de carbono. Desde 1850 a la fecha los países desarrollados emitieron cientos de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono y se excedieron así en el uso de su cuota justa de carbono, mientras que la contribución de los países en desarrollo estuvo muy por debajo del porcentaje que les hubiera correspondido en una asignación equitativa de cuotas de emisión.

Ahora que sabemos que hay un límite a cuánto más se puede emitir sin asfixiarnos todos, es necesario asignar los derechos y obligaciones en materia de carbono de los países, y en particular determinar cuál es la cuota justa para los países desarrollados y en desarrollo entre 2010 y 2050.

Si los primeros no cumplen lo que objetivamente deberían hacer, esta omisión debería ser pagada como su contribución a un fondo de asistencia a los países en desarrollo, que les permita tomar las medidas necesarias para mitigar el cambio climático.

El punto de partida es el concepto de que todos los países deben llegar al mismo nivel de emisión per cápita en 2050, por ejemplo, una o dos toneladas. Pero acordar esta meta no es suficiente. Los países desarrollados tienen la infraestructura, la tecnología, los recursos financieros y la capacidad humana para reducir sus emisiones drásticamente, manteniendo al mismo tiempo sus altos niveles de ingresos, pero los países en desarrollo no tienen la capacidad y el nivel económico para hacer esto.

Los países desarrollados pueden bajar sus emisiones a dos toneladas de carbono per cápita, manteniendo sus elevados niveles de ingreso, pero los países en desarrollo quedarían atrapados en ingresos per cápita bajos, a menos que exista una importante transferencia financiera, de tecnología y capacidad que los ayude a transitar por un camino de crecimiento diferente.

Por lo tanto, la equidad tiene dos significados: ambiental y en el desarrollo. Los países del sur deben tener un espacio equitativo en los recursos atmosféricos de manera que con el escaso “espacio de carbono” que les dejen, todavía puedan alcanzar un desarrollo económico adecuado.

El principal documento del taller, elaborado por un equipo de científicos indios encabezado por T. Jayaraman y Tejal Kanitkar del Instituto Tata de Ciencias Sociales, presentó cifras acerca del papel que cumplieron diversos países en la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.

El equipo elaboró un modelo en función del criterio de presupuesto de carbono que puede ilustrar la contribución histórica de diversos países y proponer cuántas emisiones se les autorizarían a cada uno de ellos desde ahora hasta 2050. Después de ese año tendría que haber muy pocas emisiones.

Los científicos estiman que desde 1850 a 2009 se han emitido unas mil doscientas gigatoneladas de CO2-equivalente, de las cuales unas cuatrocientas se emitieron entre 1850 y 1970 y ochocientas durante el periodo 1970-2009. Para tener cincuenta por ciento de posibilidades de limitar el incremento de la temperatura mundial a dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, sólo podrán emitirse otras mil gigatoneladas entre 2010 y 2050.

Estados Unidos, con un cinco por ciento de la población mundial en 2009, contribuyó con el veintinueve por ciento del aumento de carbono en la atmósfera entre 1850 y 2009, excediendo así su cuota justa de espacio de carbono en un veinticuatro por ciento, según el documento.

Otros países desarrollados, con un catorce por ciento de la población mundial, contribuyeron con un cuarenta y cinco por ciento de las emisiones.

Los países en desarrollo en general tenían el ochenta y uno por ciento de la población mundial y su cuota justa del total de emisiones entre 1850 y 2009 es, por lo tanto, del mismo porcentaje. Pero sus emisiones reales sólo fueron el veintiséis por ciento. Por lo tanto, subutilizaron en un cincuenta y cinco por ciento la cuota que les hubiera correspondido.

Casi todos los países en desarrollo han “subutilizado” su cuota de espacio de carbono. India, con diecisiete por ciento de la población mundial, aportó tres por ciento del total de emisiones de 1850 a 2009, mientras que China, con veinte por ciento de la población mundial, aportó diez por ciento de las emisiones históricas.

El equipo científico indio trabaja ahora en detalles sobre cómo debería distribuirse el restante “espacio atmosférico” de mil gigatoneladas, en especial entre países desarrollados y en desarrollo en los cuarenta años que quedan hasta 2050.

El temor es que en el futuro quede muy poco espacio de carbono para ser utilizado por los países en desarrollo, en especial si el total de emisiones que debería permitirse es de setecientos cincuenta gigatoneladas, que daría un setenta y cinco por ciento de posibilidades de que el aumento de la temperatura se mantenga por debajo de los dos grados.

Si en cambio se adopta la meta de 1,5 grados –como reclaman numerosos científicos y países–, entonces la cantidad de espacio de carbono futuro es aun mucho menor.

Por eso es tan importante que los países en desarrollo sean apoyados con transferencias financieras y de tecnología. De lo contrario, no lograrán que sus economías crezcan con bajas emisiones de carbono.


Publicado: Jueves 15 de julio de 2010 - Agenda Global - Nº 158

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