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Nuevo mandato para la UNCTAD

Viernes 04 de mayo de 2012 - 64 Año 2012

Martin Khor

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha recibido un nuevo mandato para continuar con sus actuales actividades, así como para asumir algunos temas nuevos en los próximos cuatro años.

Éste fue el principal resultado de la UNCTAD XIII, la conferencia ministerial que se clausuró en Doha, Qatar, el jueves 26 de abril, luego de una gran disputa entre países desarrollados y en desarrollo. Los enfrentamientos, que comenzaron en Ginebra, donde la UNCTAD tiene su sede, continuaron durante varios meses, prologándose en Doha.

En algunos momentos parecía que los países desarrollados lograrían impedir que el máximo organismo de desarrollo de las Naciones Unidas continuara trabajando en algunos temas clave, en especial en la crisis económica mundial, las cuestiones financieras, las políticas macroeconómicas y la deuda. Pero esta arremetida fue eficazmente desmantelada por los países en desarrollo, que permanecieron unidos bajo el Grupo de los 77 (G-77) y China, así como en los agrupamientos de África, Asia, América Latina y el Caribe, y los países menos adelantados.

La adopción por consenso del Acuerdo de Doha, exhibida como un éxito por todas las partes al final de la conferencia, fue un triunfo de la cooperación multilateral en una época de numerosos fracasos, expresó un grupo de países desarrollados en la clausura de la reunión.

Y esto es cierto, en efecto. La ronda de negociaciones comerciales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), iniciada en 2001 también en Doha, no pudo concluir debido a una división infranqueable entre el Norte y el Sur.

Las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático enfrentaron varias dificultades. Las últimas conferencias anuales se desarrollaron en un clima de tensión en que no se sabía si habría una ruptura o un acuerdo emparchado de última hora.

Los preparativos para el otro gran evento de este año, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable a realizarse en junio en Río de Janeiro, también enfrentan serias dificultades, ya que hay muchos temas en disputa cuando sólo quedan unos pocos días más para negociar.

Es evidente que estamos en una época de grandes dificultades en las relaciones internacionales. Principios y cuestiones durante largo tiempo aceptados como parte integral de la cooperación Norte-Sur, ahora se han vuelto temas de graves enfrentamientos.

El punto central de este cambio es la preocupación de muchos países desarrollados por estar perdiendo terreno frente a varios países en desarrollo en cuanto a resultados económicos e influencia mundial. Para frenar esta tendencia consideran necesario reconfigurar los viejos contornos de la cooperación internacional.

Así, los países del Norte parecen estar repensando si continuar o no brindando asistencia para el desarrollo y preferencias comerciales a los países en desarrollo. Y, en caso de seguir haciéndolo, cómo hacerlo de manera diferente.

También cuestionan que se permita a los países en desarrollo contraer menos obligaciones en los acuerdos sobre comercio o medio ambiente, en reconocimiento de sus niveles económicos más bajos. Por eso hay intentos de eliminar o redefinir drásticamente el principio de “responsabilidades comunes y diferenciadas” en los acuerdos sobre el cambio climático.

De manera similar, hay intentos por redefinir la medida en que los países en desarrollo obtienen trato especial y diferenciado en los acuerdos comerciales. Los países desarrollados ya no están tan interesados en la OMC, donde este principio continúa vivo, y privilegian la negociación de acuerdos bilaterales y regionales en los que prevalece el principio de reciprocidad, por el cual ambas partes tienen compromisos similares.

La conferencia de la UNCTAD, realizada cada cuatro años para decidir su trabajo específico hasta la siguiente conferencia, se ha convertido prácticamente en una víctima de este gran cambio geopolítico mundial. Desde la reunión de Accra en 2008, la Secretaría de la UNCTAD ha seguido desarrollando un trabajo destacado en la economía mundial, realizando análisis incisivos de las causas de la crisis financiera y las inadecuadas políticas de respuesta de los países desarrollados, y proponiendo soluciones más sistémicas -y más viables- que las ortodoxas.

En las últimas semanas, muchos han señalado que la UNCTAD ha estado a la vanguardia todos estos años, realizando análisis y proponiendo soluciones muy diferentes a las del FMI y el Banco Mundial, y demostrando con frecuencia que tenía razón.

Los países desarrollados -en especial el grupo JUSSCANZ, que incluye a Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y Suiza, a veces con el apoyo de la Unión Europea- procuraron acabar con el mandato de la UNCTAD de trabajar en cuestiones financieras y macroeconómicas, o al menos diluirlo, con el argumento de que debería restringirse sólo a temas relacionados con el comercio. Los países en desarrollo argumentaron que el órgano ha tenido un mandato amplio para abordar temas que abarcan no sólo el comercio y el desarrollo, sino también las finanzas, la tecnología y el desarrollo sustentable.

Tanto los países en desarrollo como un creciente grupo de ONG y académicos, entre ellos más de cincuenta antiguos funcionarios de alto rango de la UNCTAD, argumentan que el valioso trabajo del organismo en materia de finanzas internacionales y cuestiones económicas es aún más importante ahora que el mundo está en crisis. “La credibilidad de las teorías ortodoxas y del FMI y el Banco Mundial es baja ahora porque sus recetas condujeron a la crisis, y los países desarrollados buscan silenciar a la UNCTAD porque sus análisis y las reformas que ha propuesto han ganado terreno”, dijo el embajador de un país en desarrollo en los corredores de la reunión de Doha.

El G-77 y China emitieron el 13 de abril en Ginebra una fuerte declaración en la que expresaron que no harían más concesiones y de que, como mínimo, la conferencia de Doha debería reafirmar que la UNCTAD continúe el trabajo acordado en Accra en 2008 y asuma cualquier tarea adicional acordada en la capital de Qatar.

Como los países desarrollados no estuvieron dispuestos a dar a la UNCTAD nuevas áreas, la batalla en Doha giró en torno a si reafirmar o no el Acuerdo de Accra de 2008. Después de difíciles negociaciones, el G-77 y China y sus agrupamientos regionales lograron finalmente convencer a los países desarrollados se reafirmara el Acuerdo de Accra, no se colocaran nuevos condicionamientos al trabajo futuro de la UNCTAD y se continuara trabajando en la crisis financiera.

En los discursos de clausura, el G-77 y China expresó que lo logrado en la UNCTAD XIII había sido muy importante y que ahora el organismo tiene un mapa de ruta claro para su trabajo en los próximos cuatro años. La Unión Europea celebró el mandato de Doha, que da a la UNCTAD un mandato muy sólido para el próximo cuatrienio. El grupo JSSCANZ manifestó que la conferencia concluyó con un resultado positivo, lo que constituye un éxito para la cooperación multilateral.

Las ONG que desempeñaron un papel significativo en Doha expresaron que les preocupaba que algunos países intentaran limitar el trabajo del organismo sobre la crisis financiera, pero interpretaron que el resultado significaba que la UNCTAD puede abordar las causas estructurales de la crisis, para contribuir a evitar futuras crisis.

Así finalizó la UNCTAD XIII. En Doha se puso a prueba la cooperación internacional para el desarrollo y los países del Sur tuvieron éxito en la defensa del mandato y el trabajo del organismo para el desarrollo más importante de las Naciones Unidas.

Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.


Publicado: Viernes 04 de mayo de 2012 - 64 Año 2012

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