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Plan de energía, hidroeléctricas y geotermia

6 de diciembre de 2013 - No. 143 - Año 2013

José Serra Vega

El Ministerio de Energía y Minas ha insistido muchas veces en que el Perú es un país hidroeléctrico y esto es definitivamente cierto. Solo el potencial de treinta y cinco mil megavatios (MW) en los Andes, cinco veces la potencia instalada actual, podría satisfacer toda la demanda eléctrica del país hasta el año 2035, si ésta crece a un promedio de seis por ciento anual. En la Amazonía hay también, obviamente, un gran potencial hidroeléctrico, pero sus costos ambientales y sociales serían altísimos. La construcción de la central de Pakitzapango significaría la expulsión de siete mil asháninkas de su territorio y se ha calculado que si se construye la del Inambari la sociedad peruana tendría que absorber costos actualizados de más de mil millones de dólares en deforestación, pérdida de biodiversidad y emisión de gases de efecto invernadero.

Para el sur del país, la principal fuente de generación sería el gas natural, si se abandona la idea de construir un polo petroquímico allí. Dicho polo está en duda porque con los gases de esquisto a un precio muy bajo en Estados Unidos (actualmente alrededor de cuatro dólares por millón de BTU) sería muy difícil convencer a empresas petroquímicas para que vengan a invertir al Perú en lugar de en Estados Unidos. Esas futuras turbinas a gas podrían servir de respaldo al desarrollo del enorme potencial eólico del sur. Hasta ahora, la geotermia, el uso de la energía de los volcanes, numerosos en Tacna, Moquegua y Arequipa, no ha tenido ningún impulso en el Perú. En 2011, el Ministerio de Energía y Minas había declarado que había un potencial nacional de tres mil MW. La energía geotérmica genera una parte importante de la electricidad en Islandia y Nueva Zelanda, pero en toda América del Sur no hay ni una sola planta operando.

La Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA) anunció recientemente que había terminado un plan de desarrollo geotermal para el Perú, pero desafortunadamente hasta ahora el Ministerio de Energía y Minas no lo ha publicado. Sin esperar, compañías canadienses y australianas ya han iniciado una prospección de los sitios más favorables y una de ellas, Hot Rock, anunció que había encontrado un lugar promisorio en Quellaapacheta, en los flancos del volcán Ticsani, en Moquegua. De allí salen potentes chorros de vapor y fumarolas y hay aguas termales, usadas por la población, que llegan hasta temperaturas de ochenta y nueve grados centígrados. Una inversión doce millones de dólares será necesaria para determinar las características del reservorio geotermal. Para esto se utilizan medidas de resistividad magneto-telúricas, las que pueden determinar, hasta más de cinco kilómetros de profundidad, la porosidad y el nivel de mineralización de los fluidos que circulan en las fracturas de la roca. Así se pueden definir los puntos para las perforaciones necesarias que certificarán la calidad del yacimiento. Una compañía filipina, EDC, compró el 10 de noviembre pasado los activos geotérmicos de Hot Rock en el Perú y Chile por tres millones de dólares, así que finalmente quizás veamos despegar esta industria. (JSV)

José Serra Vega, ingeniero mecánico-electricista, consultor en energía y medio ambiente. Integrante del Colectivo Amazonía e Hidroeléctricas.


Publicado: 6 de diciembre de 2013 - No. 143 - Año 2013

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