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OMS da nueva voz de alarma ante la resistencia a los antibióticos

9 de mayo de 2014 - No. 162 - Año 2014

Martin Khor

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado la voz de alarma sobre la dificultad para tratar con los antibióticos habituales numerosos tipos de bacterias que causan enfermedades. El informe Resistencia a los antimicrobianos: informe mundial sobre la vigilancia, con datos de ciento catorce países, revela que esta grave amenaza es una realidad en todo el mundo y puede afectar a cualquier persona en cualquier región.

La resistencia -que se produce cuando las bacterias sufren cambios que hacen que los antibióticos dejen de funcionar para tratar las infecciones- es descrito como “un problema tan grave que pone en peligro los logros de la medicina moderna”.

“Una era post antibióticos en la que infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales, lejos de ser una fantasía apocalíptica es más bien una posibilidad muy real para el siglo XXI”, advierte el director general adjunto de la OMS, Keiji Fukuda, que coordina el trabajo sobre la resistencia a los antimicrobianos.

“Si no se adoptan medidas de manera urgente y coordinada, el mundo se encamina hacia una era post antibióticos en que las infecciones comunes y lesiones menores que han sido tratables durante décadas, pueden volver a ser letales”, sostiene. “Los antibióticos eficaces han sido uno de los pilares que nos ha permitido vivir más tiempo con más salud y beneficiarnos de la medicina moderna. Si no tomamos medidas importantes para mejorar la prevención y también cambiar la forma en que producimos, prescribimos y utilizamos los antibióticos, el mundo sufrirá una pérdida progresiva de estos bienes de salud pública mundial cuyas repercusiones serán devastadoras”.

El informe se centra en la resistencia a los antibióticos en siete bacterias responsables de enfermedades comunes graves, como la infección del torrente sanguíneo (septicemia), infecciones urinarias, diarrea, neumonía y gonorrea.

Resulta especialmente alarmante que la resistencia de las bacterias también desarticula los antibióticos de “último recurso”, los medicamentos más potentes a los que los médicos recurren cuando los más utilizados no funcionan.

Cuando los pacientes no responden a los medicamentos habituales -conocidos como medicamentos de primera línea o de primera generación-, los médicos recetan los más nuevos -de segunda línea-, por lo general más caros. Si éstos tampoco funcionan, se recurre a antibióticos más nuevos y más potentes -de tercera línea o de “último recurso”- aún más caros y a veces también con más efectos secundarios.

Si estos medicamentos no están disponibles o resultan demasiado costosos o no funcionan debido a la resistencia a los antibióticos, el paciente no se recupera, o muere, si la infección es grave.

En el pasado se descubrieron nuevos antibióticos para tratar infecciones cuando los viejos se volvieron inservibles debido a la resistencia generada. Pero en los últimos veinticinco años no ha habido nuevos descubrimientos. Las últimas clases de medicamentos antibacterianos fueron descubiertos en la década de 1980.

Entre los patógenos que se están volviendo cada vez más resistentes a los antibióticos más potentes figuran E. coli, K. pneumoniae, S. aureus, S. pneumoniae, Salmonella, Shigella y N. gonorrhoeae.

Las principales conclusiones del informe de la OMS son:

* La resistencia al tratamiento con antibióticos carbapenémicos, medicamentos de último recurso para las infecciones potencialmente mortales causadas por K. pneumoniae, una bacteria intestinal común, se ha extendido en todo el mundo. K. pneumoniae es una causa importante de infecciones adquiridas en los hospitales, como neumonía, infecciones del torrente sanguíneo o septicemias, infecciones de los recién nacidos y los pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos. Como consecuencia de esa resistencia, en algunos países los antibióticos carbapenémicos ya no son eficaces en más de la mitad de las personas tratadas por infecciones por K. pneumoniae.

* La resistencia a las fluoroquinolonas, uno de los medicamentos antibacterianos más utilizados para el tratamiento de infecciones urinarias causadas por E. coli, está muy extendida. En la década de 1980, cuando aparecieron estos fármacos, la resistencia fue prácticamente cero. Hoy, en muchos países, este tratamiento es ineficaz en más de la mitad de los pacientes.

* Es posible que en poco tiempo ya no pueda tratarse la gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual, a menos que aparezcan nuevos medicamentos. El fracaso del tratamiento de último recurso de la gonorrea con cefalosporinas de tercera generación se ha confirmado en varios países.

* La resistencia a los antibióticos prolonga la duración de las enfermedades y aumenta el riesgo de muerte. Por ejemplo, se calcula que las personas infectadas con SARM (Staphylococcus aureus resistente a meticilina) tienen el sesenta y cuatro por ciento más de probabilidades de morir que las personas infectadas por cepas no resistentes. Muchos pacientes están siendo infectados por SARM en los hospitales.

El informe de la OMS también ofrece información útil sobre la preocupante aparición de resistencia en cuatro enfermedades: tuberculosis, malaria, VIH y gripe.

Un factor importante es la aceleración de la resistencia en la cría de animales, donde hay un uso libre de antibióticos principalmente para promover el crecimiento de los animales utilizados para la alimentación con fines comerciales. Esto va creando resistencia en las bacterias presentes en los animales y, a su vez, estos gérmenes resistentes se transmiten a los seres humanos que consumen la carne animal.

El informe tiene una pequeña sección sobre la cadena de alimentos animales, que ha sido identificado como un problema importante. La Unión Europea ha prohibido el uso de antibióticos como promotores del crecimiento en animales, pero otros países todavía lo permiten.

Un comunicado de prensa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el informe Resistencia a los antimicrobianos: informe mundial sobre la vigilancia exhorta a que se adopten las siguientes acciones:

* Creación de sistemas básicos de seguimiento y monitorización del problema en los países.

* Prevención de las infecciones mediante una mejor higiene, acceso al agua potable, control de las infecciones en los centros sanitarios y vacunación, a fin de reducir la necesidad de antibióticos;

* Prescripción de antibióticos solo cuando sean realmente necesarios y, en el caso de recetarse, que sea el adecuado para el tratamiento de la enfermedad.

* Utilización de los antibióticos por los pacientes solo cuando los haya recetado un médico y que complete el tratamiento prescrito, aunque hayan desaparecido los síntomas y se sienta mejor.

* Desarrollar nuevos productos diagnósticos, antibióticos y otros instrumentos que permitan a los profesionales sanitarios tener ventaja ante la resistencia emergente.

Martin Khor, fundador de TWN y director ejecutivo del Centro del Sur.


Publicado: 9 de mayo de 2014 - No. 162 - Año 2014

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