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La imagen de Estados Unidos

3 de noviembre de 2017 - No. 330 - Año 2017

Martin Khor

Donald Trump continúa en el centro de la polémica. Si no fuera por las graves consecuencias que puede tener lo que dice -desde el desencadenamiento de una guerra comercial hasta una nuclear-, sus declaraciones sobre pequeños y enormes problemas serían un gran espectáculo.

Un «pequeño incidente» tuvo lugar la semana pasada, cuando llamó a la viuda del soldado estadounidense David T. Johnson, asesinado en Níger, según reveló la congresista demócrata Frederica Wilson. “Bueno, supongo que él sabía para qué se había enrolado, pero igual debe doler”, fueron sus desafortunadas palabras.

Si bien Trump replicó en un tuit que Wilson «fabricó totalmente” su declaración, la madre del soldado confirmó a la prensa lo señalado por la congresista y aseveró que el presidente estadounidense ”faltó el respeto a mi hijo».

Este tema tal vez no sea de gran importancia, pero el comportamiento de Trump y la elección de sus palabras cuando habla con personas comunes y corrientes podría afectar su popularidad tanto como sus declaraciones sobre los asuntos de mayor relevancia.

Entre estos últimos resalta su negativa a certificar el acuerdo nuclear con Irán firmado a fines de 2015 por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia y China. El presidente está recibiendo duras críticas por su posición ante este tema. Se lo acusa de actuar en interés no de Estados Unidos sino de Israel, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, presionó sin éxito a Barack Obama para que no firmara un acuerdo con Irán y ahora elogió la decisión del actual presidente estadounidense.

Pero Trump recibió una bofetada. Los líderes de Gran Bretaña, Alemania y Francia emitieron una declaración conjunta en la que ratifican su compromiso con el acuerdo y «su plena implementación por parte de todos”. Y la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, puntualizó: «No es un acuerdo bilateral, no pertenece a ningún país en particular, y no corresponde a un solo país darlo por terminado. No podemos darnos el lujo de desmantelarlo”.

Las relaciones de Estados Unidos con Corea del Norte son Igualmente problemáticas. Trump ha amenazado a Pionyang con emprender acciones militares para detener su programa de armas nucleares, pero esto no ha disuadido a su líder Kim Jong-un de llevar a cabo una prueba nuclear tras otra. Muchos ya han manifestado su preocupación porque los dos países puedan tropezar con una guerra nuclear accidental y retórica.

En la Organización Mundial del Comercio también se vive una situación delicada. Estados Unidos, descontento con algunas decisiones y procedimientos del organismo, bloquea el nombramiento de nuevos miembros en el Órgano de Apelación y las propuestas de los países en desarrollo para la Conferencia Ministerial que se celebrará en diciembre en Buenos Aires.

Por último, Estados Unidos anunció que abandonaría la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) debido al reconocimiento de Palestina como Estado miembro, lo que podría significar su retiro de otros organismos internacionales de los que Palestina sea miembro.

Pero si el resto del mundo está molesto con lo que está sucediendo, también lo están muchos estadounidenses. “Estados Unidos primero, dice Trump. Estados Unidos es el último», concluyó el New York Times en un reciente editorial en el que analizó el daño que Trump y su administración le están haciendo a la imagen internacional del país.

Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur, una organización intergubernamental de países en desarrollo, con sede en Ginebra.


Publicado: 3 de noviembre de 2017 - No. 330 - Año 2017

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