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El TIPAT, un muerto resucitado

2 de marzo de 2018 - No. 337 - Año 2018

Martin Khor

El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) fue dado por muerto cuando Donald Trump retiró a Estados Unidos a principios del año pasado. Pero los 11 miembros restantes lo han resucitado, manteniéndolo prácticamente intacto.

El nuevo acuerdo, que originalmente fue apodado TPP11 y ahora adoptó el nombre de Tratado Integral y Progresista para la Asociación Transpacífica (CPTPP, por sus siglas en inglés), se firmará el 8 de marzo en Chile.

El viejo TPP había sido impulsado con firmeza por Estados Unidos antes de que Trump se convirtiera en presidente. Pero para los países en desarrollo, en tanto, la principal atracción era conseguir nuevos mercados para sus exportaciones. Si bien la mayoría de ellos no veían bien otros aspectos del TPP, en especial los relacionados con la contratación pública, las empresas públicas y la propiedad intelectual, estaban dispuestos a aceptarlos a cambio de aumentar sus exportaciones.

Ahora, con Estados Unidos fuera del CPTPP, el balance costo-beneficio ha cambiado. Los beneficios potenciales se han reducido, mientras permanecen los temas controvertidos.

El texto del CPTPP, que se conoció la semana pasada, revela que 22 disposiciones del TPP (del total de más de mil) han sido “suspendidas», en lugar de eliminadas. Esto buscaría dejar la puerta abierta ante un eventual regreso de Estados Unidos, algo bastante posible luego de que Trump anunciara en Davos que podría reconsiderar su decisión de retirarse.

Si Estados Unidos se reincorpora, se levantarían las disposiciones suspendidas y el CPTPP volvería a ser el TPP.

Los temas más problemáticos que se mantienen en el CPTPP son:

*   Liberalización de la inversión: los países miembros del CPTPP deben abrirse empresas e inversores de los otros miembros.

*   Protección del inversionista: los inversionistas extranjeros pueden llevar a un gobierno anfitrión a un tribunal internacional por la pérdida de ganancias presentes o futuras o el valor de los activos si el gobierno introduce nuevas políticas económicas, sociales o ambientales que afecten sus negocios o incluso sus expectativas comerciales.

*   Contratación pública: el trato preferencial que los gobiernos de la mayoría de los países en desarrollo otorgan a las empresas locales se vería afectado cuando las empresas extranjeras reciban el mismo trato en virtud del CPTPP.

*   Empresas de propiedad estatal: bajo el CPTPP, las significativas funciones económicas y sociales que estas empresas desempeñan en muchos países estarán muy restringidas por nuevas reglas que prohíben o dificultan obtener financiamiento o trato preferencial del gobierno, para permitirles competir en mejores condiciones a las empresas extranjeras.

*   Propiedad intelectual: a pesar de la suspensión de algunas disposiciones, otras cláusulas del CPTPP pueden tener efectos negativos, como mayores costos de medicamentos, materiales educativos e insumos agrícolas.

¿Vale la pena para los países miembros del CPTPP perder tanta libertad en la formulación de sus políticas de acuerdo con sus propias prioridades y objetivos nacionales, para obtener nuevas pero limitadas oportunidades de exportación?

Esta pregunta es más pertinente debido a dos factores. Primero, las nuevas oportunidades se verán limitadas por la ausencia del principal jugador: Estados Unidos. Segundo, las exportaciones adicionales serán compensadas con la entrada de nuevas importaciones, por lo que las ganancias podrían ser escasas o incluso negativas.

Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur, una organización intergubernamental de países en desarrollo, con sede en Ginebra.


Publicado: 2 de marzo de 2018 - No. 337 - Año 2018

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