Archivo RTM
TWN Africa
TWN
Acerca de la Red

Nuevos desafíos, veinte años después

Jueves 21 de abril de 2011 - 15 Año 2011

Martin Khor

En 1992, las Naciones Unidas celebraron en Río de Janeiro una conferencia sobre la crisis ambiental y de desarrollo, conocida como la Cumbre de la Tierra. Más de cien gobernantes adoptaron los Principios de Río y el plan de acción denominado Programa 21 y se comprometieron a adoptar medidas en una amplia gama de problemas ambientales, económicos y sociales.

Casi veinte años después han empeorado la mayoría de los problemas ambientales, como el calentamiento global, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad, la deforestación. Además, han surgido nuevos desafíos que deben ser examinados en otra Cumbre sobre el Desarrollo Sustentable que se celebrará el año próximo en Río de Janeiro, para conmemorar el vigésimo aniversario de la Cumbre de la Tierra.

El primer gran problema desde 1992 fue el surgimiento de un marco político mundial contrario al paradigma del desarrollo sustentable.

El marco global de 1992 fue holístico, basado en los tres pilares de la economía, el desarrollo social y el medio ambiente. También tuvo una dimensión de cooperación internacional: los países desarrollados aceptaron ayudar a los países en desarrollo con financiamiento, tecnología y la reforma económica mundial.

Pero desde mediados de la década del noventa ha surgido un paradigma de la globalización competitivo y mercantil, con la Organización Mundial de Comercio (OMC) como centro. El fuerte mecanismo para el cumplimiento de sus disposiciones le dio una ventaja sobre otras organizaciones internacionales.

Los tratados de libre comercio bilaterales y regionales también tienen fuertes mecanismos de cumplimiento y muchas de sus disposiciones pueden obstaculizar las políticas de desarrollo sustentable.

Sin embargo, hay un cierto margen de esperanza. La crisis financiera ha puesto en entredicho las nociones de desregulación y liberalización.

Varios países desarrollados han vuelto a regular su sector financiero y se muestran reticentes a liberalizar su comercio (subsidios y aranceles agrícolas, entrada de trabajadores extranjeros) a pesar de que presionan a los países en desarrollo para que lo hagan.

Por tanto, es tiempo de revisar los acuerdos comerciales. Debería crearse un nuevo marco de desarrollo sustentable que tenga un peso igual o superior al marco y las instituciones ortodoxas de la globalización.

Un segundo problema fue la crisis financiera mundial y la desaceleración económica.

Entre sus efectos figuran la reducción de los ingresos para muchos países en desarrollo y la incertidumbre sobre las perspectivas de las futuras exportaciones. Esto hace que sea más difícil implementar políticas de desarrollo sustentable.

La cumbre de 2012 debería marcar el comienzo de una reforma del sistema económico mundial.

Un tercer problema es que los países desarrollados no cumplen sus compromisos de transferencia de fondos y tecnología a los países en desarrollo.

La meta de destinar el 0,7 por ciento del PNB no se ha cumplido, y hay signos de que algunos países desarrollados que enfrentan restricciones presupuestarias están reduciendo drásticamente los fondos destinados a la ayuda.

Por otra parte, un nuevo régimen mundial de propiedad intelectual, creado después de la cumbre de Río de 1992, ha dificultado el acceso de los países en desarrollo a la tecnología por una cuestión de costos.

La nueva Cumbre de Río debe reafirmar la meta del 0,7 por ciento y establecer que los países desarrollados mantengan o aumenten los fondos destinados a este fin, aun cuando su presupuesto global se reduzca. Además, debe crearse un nuevo fondo de desarrollo sustentable y una agencia de transferencia de tecnología.

Un cuarto problema es el enorme aumento de los precios mundiales de los alimentos.

Muchos países en desarrollo habían sido autosuficientes o incluso exportadores de alimentos, pero la retirada del apoyo gubernamental a la agricultura y la drástica reducción de los aranceles provocaron un aumento de las importaciones, lo que perjudicó a la producción local.

La entrada de los especuladores en los mercados de materias primas también ha contribuido al aumento de los precios de los alimentos. Por este motivo es necesario adoptar medidas para permitir la producción local en los países en desarrollo y frenar la especulación en los mercados de productos básicos.

Un quinto problema es el rápido agotamiento de los recursos naturales y las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, el acceso justo de los países en desarrollo a los recursos que quedan y a las tecnologías que permitan el desarrollo sustentable, utilizando cada vez menos recursos naturales, se convierte en un desafío crucial.

En este sentido, la cuestión de la equidad en la distribución del espacio ambiental pasa a ser un tema sensible y resolverlo de una manera justa exige un cambio de mentalidad.

El sexto problema importante es que la cantidad, la intensidad y los efectos de los desastres naturales han aumentado de manera sustancial.

Si 2010 fue el peor año de la historia reciente, éste lo será aún más, por el tsunami ocurrido en Japón. En el futuro, el problema empeorará a medida que los efectos del cambio climático se intensifiquen.

En la actualidad, los países afectados por desastres naturales deben recurrir a la ayuda. Es muy poco el dinero del que se dispone y suele llegar con retraso. Por lo tanto, deberían fortalecerse los organismos de las Naciones Unidas y crearse un nuevo mecanismo para manejar todo lo relacionado con los daños y las pérdidas resultantes.

Los países en desarrollo deberían obtener fondos para hacer frente a los desastres y reconstruir sus infraestructuras y sociedades dañadas.

Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.


Publicado: Jueves 21 de abril de 2011 - 15 Año 2011

No hay comentarios

Envíe su comentario

Login


Contact Form Powered By : XYZScripts.com