La recalificación de la deuda de Estados Unidos
Viernes 12 de agosto de 2011 - 31 Año 2011
Martin Khor
La economía mundial atravesó momentos turbulentos cuando los mercados bursátiles se desplomaron por una serie de malas noticias en Estados Unidos y Europa. Pero esto podría ser sólo el comienzo, en la medida que las perspectivas de una rápida recuperación se tornaron negativas.
Por primera vez desde 1917, Estados Unidos no tiene una calificación AAA.
Después de varios sucesos calamitosos, el crédito de Estados Unidos terminó rebajado la semana pasada de la categoría AAA a AA+. La rebaja fue apenas una muesca, y de sólo una de tres agencias calificadoras, Standard and Poor. Aún así, marca el fin de una era.
Hace tiempo que se asumió que el dólar y los bonos del Tesoro de Estados Unidos son de los refugios más seguros para las inversiones. La rebaja de la calificación podría tener algunos efectos prácticos en la medida que algunos fondos que únicamente hacen inversiones AAA tendrían que buscar alternativas.
Se espera que el dólar se deprecie aún más, lo que plantea interrogantes acerca de su futuro como moneda de reserva mundial. Industriales e intermediarios se preguntan si deberían dejar de comercializar sus bienes con el dólar y hacerlo en otras monedas para evitar pérdidas. Esto es lo que revela el informe del 7 de agosto de Sunday Star, suplemento semanal del influyente diario The Star de Malasia, acerca de las reacciones de los comerciantes malasios a las noticias de la rebaja de la calificación de Estados Unidos.
El presidente de la Federación de Industriales Malasios, Tan Sri Mustafa Mansur, exhortó a la ciudadanía a considerar la posibilidad de comerciar con otras monedas, como la de China, en la medida que gran parte del comercio malasio es con ese país, y en para evitar pérdidas en los ingresos por exportaciones como consecuencia del uso del dólar.
Además de constituir el principal medio de intercambio para el comercio internacional, el dólar también es la principal moneda de reserva mundial. Como casi todos los países tienen un porcentaje importante de sus reservas internacionales invertidas en activos en dólares estadounidenses –en especial bonos del Tesoro-, en todos lados ha aumentado el temor por la seguridad y el valor de sus inversiones estadounidenses.
En primer lugar, se temió una posible moratoria del gobierno de Estados Unidos en el pago de su deuda, por la lucha entre demócratas y republicanos sobre el tope de endeudamiento gubernamental.
Un día antes de la fecha límite, el 1 de agosto, se consiguió un acuerdo por el cual el tope del endeudamiento se elevaría en 2,100 billones de dólares, a condición de que el gobierno recorte la misma cifra de su déficit presupuestal a lo largo de diez años. El tema de cómo hacerlo será decidido posteriormente por un comité bipartidista.
Esto brinda un respiro temporal, y cuando el comité comience a trabajar el mundo seguramente presenciará un nuevo conflicto sobre el presupuesto en Washington.
En segundo lugar, la rebaja del crédito de Standard and Poor expresó los temores de los círculos políticos y los inversionistas.
La atmósfera de confusión que rodea la política de Estados Unidos erosionó gravemente la confianza en la capacidad de Washington para manejar sus políticas presupuestal, de endeudamiento, fiscal, financiera y económica.
Sólo analistas expertos en la política estadounidense pueden explicar cabalmente y anticipar las complejidades y consecuencias de las opiniones y tendencias de las diversas ramas del Partido Republicano –en especial el Tea Party y sus efectos en las posiciones de este partido en el Congreso–, el Partido Demócrata y la Administración.
Pero no es necesario ser especialista para comprender que hay un grave problema de gobernanza en Estados Unidos que está afectando al resto del mundo. Su sistema político sufre una paralización que afectará al dólar y la economía estadounidense, así como las perspectivas de la economía mundial, durante un largo tiempo.
En tercer lugar, la economía estadounidense muestra crecientes señales de paralización conducentes a una nueva recesión. Los indicadores de la semana pasada para el gasto del consumo y la producción de manufacturas y servicios fueron negativos y algunos destacados economistas dieron una probabilidad de cincuenta por ciento a que sobrevenga una recesión.
La recesión es más probable debido a la incapacidad de la administración Obama para adoptar medidas que reviertan la situación.
El Congreso bloqueará cualquier estímulo fiscal significativo -como lo muestran la crisis del tope de la deuda-, mientras que una nueva ronda de inyección e impresión de dinero a través de una expansión monetaria cuantitativa -lo que se está considerando- sólo tendría algunos efectos positivos limitados.
Todo esto señala un debilitamiento aún mayor de la economía y la moneda estadounidenses, por lo menos en el corto plazo.
Estos tres sucesos, todos en una sola semana, galvanizaron los otros ocurridos en los negocios, el comercio, las finanzas y la política, para repensar el papel del dólar y la economía estadounidense en la economía mundial.
A corto plazo es difícil encontrar alternativas al dólar como unidad de intercambio o depósito de valor, sobre todo porque el euro está sufriendo una crisis propia, la economía japonesa enfrenta sus propias dificultades y la moneda china no es suficientemente convertible.
Pero muchos están de acuerdo en que, en el largo plazo, es necesario encontrar una solución. De lo contrario, es posible que sobrevenga una desorganización de los sistemas monetario y comercial mundiales.
Nada como una crisis o una emergencia a punto de colapsar para transformar el largo plazo en corto plazo. De continuar las crisis en Estados Unidos y Europa, el mundo entrará en una agitación financiera y económica similar, si no peor, a la reciente gran recesión de 2008-2009. Por lo tanto, deberán buscarse soluciones con urgencia.
Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.
Publicado: Viernes 12 de agosto de 2011 -
31 Año 2011
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