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Choque de sistemas capitalistas

Viernes 27 de enero de 2012 - 50 Año 2012

Martin Khor

En muchas partes del mundo se espera que este año, el Año del Dragón según el zodiaco chino, sea auspicioso. Aunque sin duda será interesante, la mayor certeza es que será incierto.

El nuevo Año del Dragón traerá consigo un debate aún más intenso sobre el papel y el crecimiento de China y de otras “economías emergentes”. En momentos en que los países occidentales enfrentan sombrías perspectivas económicas, intelectuales y miembros de las elites políticas parecen temer el rápido avance de algunos países en desarrollo. Acostumbrados a siglos de dominio económico mundial, ahora temen que su liderazgo tambalee.

Éste podría ser el motivo de la obsesión con China. Aparecen constantemente nuevos libros, algunos sobre su alto crecimiento y perspectivas o su compleja evolución política, otros, como Death by China: Confronting the Dragon (Ejecutados por China: enfrentando al dragón) sostienen que el país asiático está destrozando no sólo la economía estadounidense sino el mundo entero y su ambiente.

Los temores van más allá de China e incluyen a otros países emergentes. The Economist describe en su nota de portada, “El ascenso del capitalismo de Estado: el nuevo modelo del mundo emergente”, las Torres Petrona de ochenta y ocho pisos en Kuala Lumpur, la construcción del edificio de la TV Central de China en Beijing y el banco VTB en Moscú como monumentos de la nueva empresa híbrida, apoyada por el Estado pero con un comportamiento similar al de las multinacionales del sector privado.

The Economist admite que el capitalismo de Estado ofrece un atractivo obvio para los países emergentes en la medida que da un peso e influencia a estas empresas que a las del sector privado les llevaría años construir. Pero sus peligros superan a sus ventajas, aduce. Por su propio bien y del comercio mundial, los enormes holding deberían ser entregados a inversionistas privados.

Pero la revista también admite que esta forma híbrida de “capitalismo dirigido por el Estado” no es nuevo y menciona a la Compañía de las Indias Orientales, un enorme conglomerado que se apropió de varias economías de países asiáticos, contando para ello con el respaldo de los buques cañoneros del gobierno inglés y su imperio colonial.

The Economist también cita a Estados Unidos después de su guerra de independencia, a Alemania en la década de 1870 y a Japón y Corea del Sur en la década de 1950 como ejemplos de poderes emergentes que utilizaron al Estado para dar un espaldarazo a su desarrollo y se reconoce que el crecimiento de los países hoy llamados adelantados se basó en un fuerte apoyo del Estado a sus empresas. Esas empresas han dominado la economía mundial durante décadas, y en algunos casos siglos, respaldadas no sólo por subsidios, crédito barato y otras medidas por el estilo, sino también por la fuerza política y militar de sus gobiernos.

En los últimos treinta años, a la mayoría de los países en desarrollo se le ha dicho, a través de los programas de ajuste estructural del FMI y el Banco Mundial, que el Estado no debe dirigir sus economías y deben apoyarse enteramente en el sector privado.

Sin embargo, otros países en desarrollo, en particular asiáticos, adoptaron un modelo diferente. Sus gobiernos apostaron por un papel activo e incluso dominante en el proceso de desarrollo. Al principio tenían empresas que dirigían como departamentos públicos y no resultaron eficientes. Este modelo fue cambiado por otro en el que el Estado puede poseer en su totalidad o en parte empresas dirigidas con espíritu comercial y también puede apoyar a empresas privadas para que crezcan. Instituciones con inversión pública como Khazanah y PNB en Malasia o Temasek en Singapur se crearon como componentes cruciales de este modelo.

La creciente crítica de los intelectuales y políticos occidentales al “capitalismo de Estado” no se limita a observaciones académicas. Estados Unidos está considerando la aprobación de leyes y medidas para establecer aranceles adicionales a los productos chinos con argumentos antidumping y porque China no es una economía de mercado. El Congreso también está discutiendo la aplicación de aranceles a los productos chinos en función de que su moneda está manipulada y subvaluada.

Si bien hoy el foco está puesto en China, otros países en desarrollo pueden sufrir las mismas medidas basadas en el mismo razonamiento, de que esos países están ayudando indebidamente a sus empresas a través de políticas que representan el capitalismo de Estado.

Además, Estados Unidos y Europa negocian ahora acuerdos de libre comercio con países en desarrollo que contienen cláusulas que procuran prohibir o restringir las prácticas de empresas estatales o la prestación de subsidios y preferencias a empresas locales por parte del gobierno.

El economista coreano Ha Joon-chang describió en su famoso libro Kicking Away the Ladder (Pateando la escalera del crecimiento) cómo los países desarrollados utilizaron políticas que los hicieron ricos y ahora quieren impedir que los países en desarrollo hagan lo mismo y pretenden prohibir esas mismas políticas.

Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.

g�’ae�� ��� sión, pues este país no podía comprometerse por adelantado a firmar un acuerdo jurídicamente vinculante sin conocer antes su contenido y, en particular, si el principio de equidad no se enuncia claramente.

En la sesión plenaria de clausura del 11 de diciembre, la ministra de Medio Ambiente de India, Jayanthi Natarajan, defendió con vehemencia la oposición de su país a comprometerse a un protocolo jurídicamente vinculante, y habló de la necesidad de basar las nuevas conversaciones en la equidad. Preguntó por qué tendría su país que firmar un cheque en blanco aceptando sumarse a un protocolo cuyo contenido todavía no se conoce. “No se trata de un cambio en los estilos de vida sino de las repercusiones en la subsistencia de millones de agricultores pobres”, expresó y preguntó: “¿Por qué debería yo renunciar a los derechos de mil doscientos millones de personas? ¿Es eso equidad?”

La ministra india afirmó que la resolución sobre la nueva ronda de negociaciones ni siquiera contenía los términos “equidad” ni “responsabilidad común pero diferenciada” que figuran en la CMNUCC y significan que los países ricos deberían contribuir más que los países pobres en la lucha contra el cambio climático.

“Si se crea un protocolo en el cual los países pobres tengan que reducir sus emisiones en la misma proporción que los países ricos, estaríamos abandonando el principio de equidad y sería decirle adiós a la responsabilidad común pero diferenciada. Sería una verdadera tragedia”, advirtió. Varios países, entre ellos, China, Filipinas, el Pakistán y Egipto, apoyaron la posición de India, mientras que la Unión Europea seguía insistiendo en eliminar el término “resultado jurídico” del texto, pero aceptó discutir las preocupaciones de India sobre el término “equidad”.

Tras un paréntesis de media hora en la que varios países intentaron llegar a un acuerdo, se acordó cambiar el término “resultado jurídico” por “resultado con fuerza jurídica”. Estados Unidos insistió en que el término “equidad” no figurara en el documento. La Conferencia aprobó entonces la puesta en marcha de las nuevas negociaciones.

El párrafo clave de la decisión respecto a los instrumentos aprobados en la Conferencia de Durban establece que las Partes acuerdan poner en marcha un proceso para crear un protocolo, otro instrumento jurídico o bien un resultado con fuerza jurídica aplicable a todas las Partes en virtud de la Convención por medio de un órgano subsidiario establecido en dicha Convención que consistirá en un grupo de trabajo especial de los instrumentos aprobados en la Conferencia de Durban para una mayor acción.

Varios expertos jurídicos y altos negociadores de países en desarrollo opinan que aunque los términos “equidad” y “responsabilidad común pero diferenciada” no se mencionan de manera explícita en la decisión, en realidad la referencia “en virtud de la Convención” vincula el nuevo proceso de negociación y su resultado a las disposiciones y a los principios de la CMNUCC. Esto significa que las disposiciones del instrumento o resultado acordado tienen que reflejar estos principios y disposiciones y estar en consonancia con ellos, en especial con los de equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas de los países desarrollados y en desarrollo.

La decisión establece que las nuevas negociaciones se llevarán a cabo en 2012, pero no explica en detalle el marco de estas negociaciones. Por consiguiente, cabe esperar que tenga lugar un importante choque de opiniones sobre los principios y los principales rasgos del marco de este nuevo acuerdo. Por una parte, Estados Unidos insistirá en que la ausencia del término “equidad” en la decisión significa que no deberá existir un “cortafuegos” entre las obligaciones de los países desarrollados y las de los países en desarrollo, que deberían ser tratados de la misma manera. Por otra parte, muchos países en desarrollo, entre ellos China e India, aducirán que la equidad y las responsabilidades comunes pero diferenciadas son partes esenciales de cualquier acuerdo.

Durante la Conferencia de Durban también se sentaron las bases para desmontar el marco actual de negociaciones sobre el clima formado por el Protocolo de Kioto y la Hoja de Ruta de Bali.

El Protocolo de Kioto se salvó de la extinción sólo por la decisión de considerar los compromisos que se ha invitado a presentar a los países restantes, pero ha salido considerablemente debilitado o, incluso, herido de muerte. Formado sólo por los países europeos, tal vez sobreviva hasta 2017 o 2020, pero para entonces quizás ya haya sido eclipsado por el nuevo acuerdo.

Al otro grupo de trabajo, el Grupo de Trabajo Especial sobre la cooperación a largo plazo en el marco de la Convención (GTE-CLP) se le dio sólo un año más de vida para terminar su labor, aunque aún no se ha completado el trabajo sobre muchos elementos importantes, en particular sobre el acceso equitativo al desarrollo sostenible, la financiación a largo plazo y sobre la transferencia de tecnología.

Un logro de la Conferencia de Durban fue la finalización del instrumento rector del nuevo Fondo Verde para el Clima. Esto se logró aceptando el proyecto de instrumento presentado por el Comité de Transición para la creación del Fondo, pero con algunas aclaraciones importantes incluidas en la decisión de la CP. Se acordó igualmente que las secretarías de la CMNUCC y del Fondo para el Medio Ambiente Mundial dirijan conjuntamente la secretaría provisional durante dos años, después de los cuales funcionaría una secretaría independiente.

Hubo momentos en que parecía que las negociaciones de Durban estaban a punto de descarrilarse a raíz de los desacuerdos existentes en numerosas cuestiones. Incluso en la última sesión hubo quejas sobre la manera como se estaban aprobando resoluciones y textos sin permitir la introducción de modificaciones. Al final, se tomaron decisiones importantes, pero queda por ver cómo se pondrán en marcha teniendo en cuenta que prácticamente sólo los países europeos formarán parte de un segundo periodo.

Éste es un extracto del informe de Martin Khor publicado en South Bulletin N° 58, el 20 de diciembre de 2011.


Publicado: Viernes 27 de enero de 2012 - 50 Año 2012

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