La idea de los BRIC fue inventada en 2004 por el economista inglés Jim O’Neill, jefe de investigación económica global del no muy santo Grupo Goldman Sachs, un banco de inversión que tiene sede en el bajo Manhattan, New York. Fue incluida en su libro de 2007 The BRIC and beyond (Los BRIC y más allá). Ha sido reiterada en su Carta Recordativa y en el ensayo Dreaming with BRICs: The Path to 2050 (Soñando con los BRICs, camino al 2050).

Con la incorporación de Sudáfrica, los BRIC son ahora BRICS. Han tenido cuatro cumbres anuales desde 2009, las tres primeras en Ekaterimburgo (Rusia), Brasilia (Brasil), Hainan (China) y la última en Nueva Delhi.

Según Zhong Sheng, del Diario del Pueblo de Beijing, han pasado de ser un concepto de inversión a una realidad política. Cincuenta y seis por ciento del crecimiento global, la mitad de la población del mundo, treinta y ocho millones de kilómetros cuadrados de territorio, un cuarto del PBI del planeta. Serán una economía comparable a la del G-7: podrán pasar el setenta por ciento de la economía global para convertirse en la principal fuerza económica y política el 2050. China e India se proyectan a ser líderes en tecnología mientras que Rusia (gas y armas) y Brasil (biodiversidad, etanol y alimentos) lo serán en materias primas e industria. Brasil e India tendrán por años una población que todavía no envejece, en edad de trabajar. China, India y Brasil pasarán a Estados Unidos como mercados más grandes de automóviles del mundo con modelos más baratos y ahorradores de energía.

En 2010 el ingreso per cápita del G-7 era de 39,500 dólares mientras el de los BRICS era menor a los 12,000. Al 2025 será de 25,000 dólares, pero deberán ir pensando en otro tipo de consumo.

Además de chocar con el proteccionismo de Estados Unidos y la Unión Europea, estos socios son agredidos por la avalancha de dólares sin respaldo que usan los prestamistas de los países que tienen altas tasas de interés y que crean un patológico crecimiento sin producción real. Pero están atados como hermanos siameses al capitalismo desarrollado porque es su mercado principal. Abundantes en reservas mientras los otros lo son en deudas, la crisis les ha dado la oportunidad de influir a través de la ayuda como si el mundo capitalista desarrollado fuese ahora un camino al subdesarrollo. Los todavía grandes, desde Obama y Merkel hasta Sarkozy, les sonríen pensando en sus gigantescas reservas y mercados.

Sudáfrica, el más pequeño y reciente de los socios, justifica su presencia, al decir de Valentina Nardi, por ser puerta de acceso al petróleo de Angola y al continente africano (mil millones de consumidores) donde ya operan las empresas chinas.

Como señala otro comentarista del Diario del Pueblo, Ding Gang, no se trata de una ideología coincidente ni de una gran burocracia como la Unión Europea sino de acciones conjuntas. Quieren que el Banco Mundial refleje las posiciones de todos sus miembros, demandan que el peso de los países emergentes se exprese en la dirección del FMI y, en general, exigen la restructuración del Banco Mundial, el FMI y el Consejo de Seguridad, las tres llaves con que Estados Unidos domina el mundo. Presionan para que la Organización Mundial de Comercio derribe las barreras comerciales de los grandes. No quieren ni pueden romper. Establecerán el próximo año, en la siguiente Cumbre a realizarse en Sudáfrica, un Banco de Desarrollo Sur-Sur. Dilma Rousseff plantea que sea para infraestructura, innovación, ciencia y tecnología, con ideología y mecanismos al servicio de los países pobres.

La presencia brasileña asocia a Venezuela por la vía del petróleo de PDVSA y el liderazgo irreverente de Chávez. Y la OPEP liga a Chávez con Irán, cuyo derecho al uso pacífico de la energía atómica es defendido por los BRICS.

Para los países pequeños, los BRICS son un elemento de primera importancia. Pero valen poco las oportunidades si se carece de una estrategia nacional dirigida a la defensa del medio ambiente y la democratización económica mediante la distribución de la riqueza. Eso depende de la capacidad nacional para moverse en la nueva situación. Aquí, como en cualquier parte del mundo, es necesario un cambio del modelo de crecimiento.

Publicado: Viernes 6 de abril de 2012 - 60 Año 2012