Hollande
Viernes 11 de mayo de 2012 - 65 Año 2012
Héctor Béjar
La herencia de Nicolas Sarkozy, el de los gastos insolentes y la alianza con la CIA, es lamentable. Francia tiene una gran deuda pública, déficit fiscal, un Estado que gasta el cincuenta y seis por ciento del PIB y un desempleo de diez por ciento. En enero perdió la nota triple A que le otorgaba la calificadora de riesgo Standard & Poor’s.
Con la elección de François Hollande, los cambios pueden ser notables. Puede acabar el reaccionario triángulo Hillary Clinton–Angela Merkel–Sarkozy.
Se trata de un nuevo presidente elegido en una ola de oposición al plan “Merkozy” de austeridad para los débiles y consumo irrefrenado para los ricos. Europa empieza a seguir a los cambios que empezaron en América Latina con Lula y Kirchner.
En los siguientes párrafos, puntos del programa de Hollande.
Empleo. Ciento cincuenta mil “contratos de generación”. Las empresas que contraten a un menor de treinta años y mantengan a un mayor de cincuenta y cinco no pagarán cotizaciones sociales durante cinco años. El trabajador mayor dedicará parte de su tiempo a formar al joven. Se aumentará el costo de los despidos colectivos y se incrementará las cargas sociales a las empresas que abusen de contratos precarios.
El salario mínimo se actualizará cada año según el crecimiento del PIB. Los salarios del presidente y los ministros serán reducidos en un treinta por ciento y se ajustará el sueldo de los dirigentes de las empresas públicas.
Educación. Se contratará a sesenta mil profesores, subiendo sus salarios y aumentando la democracia en los liceos. Se reducirá a la mitad el fracaso escolar. Se construirá cuarenta mil viviendas para estudiantes.
Reforma bancaria. El gobierno exigirá la reorganización del Banco Central Europeo para que pueda prestar directamente a los Estados, pedirá eurobonos para financiar grandes proyectos y la reforma del Banco Europeo de Inversiones para que pueda imponer una tasa a las transacciones financieras. La reforma bancaria separará a los bancos de depósito y de inversión, acabando con la inmoralidad que dio lugar a la crisis de 2008, prohibirá tener actividad en paraísos fiscales y subirá quince por ciento el impuesto sobre los beneficios.
Reforma fiscal. Anulación de las exenciones a los más ricos para recuperar 29,000 millones de euros. Quienes ganan más de un millón de euros al año pagarán setenta y cinco por ciento de impuestos. El Tesoro francés renegociará los acuerdos bilaterales con Suiza, Bélgica y Luxemburgo para cobrar impuestos a los exiliados fiscales. Se introducirá un nuevo tramo del cuarenta y cinco por ciento para las rentas superiores a 150,000 euros anuales, y una tasa del setenta y cinco por ciento para los ingresos que sobrepasen el millón anual. Se suprimirá la exoneración fiscal a las horas extra, salvo a las empresas muy pequeñas, y se creará un nuevo impuesto de sociedades: treinta y cinco por ciento a las grandes empresas, treinta por ciento a las medianas y quince por ciento a las pequeñas.
Estas medidas permitirán financiar la política social manteniendo el equilibrio público.
Energía sostenible. La energía nuclear para la generación de electricidad se irá reduciendo en cincuenta por ciento durante los próximos veinticinco años mientras aumenta el peso de las energías renovables.
Discutiendo la hegemonía militar de Estados Unidos sobre Europa, Hollande retirará las tropas francesas de Afganistán antes de fin de año.
El estatuto penal del presidente será reformado para que pueda ser juzgado por los delitos cometidos.
Hollande se propone ser un estadista de verdad con menor intervención en los asuntos del gobierno, que delegará en el primer ministro, para dedicarse a los problemas estratégicos más importantes.
Francia se niega a pensar siquiera en la posibilidad de seguir el camino de Grecia, España y Portugal y opta por la inversión, no por ajustar los cinturones de los débiles, para salir de la recesión.
Así como hay dos Perús políticos y sociales, uno reaccionario y otro disconforme, también hay dos Francias. Hollande obtuvo cincuenta y dos por ciento de los votos, frente a cuarenta y ocho de Sarkozy, un triunfo ajustado que deberá consolidar mediante alianzas políticas. Tratarán de rodearlo y bloquearlo, dentro y fuera de Francia, y se viene una dura lucha contra la tozudez ortodoxa. Pero su victoria abre las puertas a un nuevo modelo económico y político en Europa.
Publicado: Viernes 11 de mayo de 2012 -
65 Año 2012
Gracias don Héctor. Sin duda un acontecimiento esperanzador no obstante lo ajustado del triunfo. No cabe duda que los poderes fácticos, no solo manejdaos por la triada HMJ, sino por otros agentes, le saldrán al paso para sembrarle problemas. También tiene en la agenda los temas de los migrantes, la zenofobia, la política exterior no sólo dentro de Europa.