Una nueva cepa de malaria resistente
Viernes 18 de mayo de 2012 - 66 Año 2012
Martin Khor
El peligro de la resistencia a los medicamentos se acerca cada vez más. Informes científicos describen la rápida propagación de una nueva cepa de malaria resistente a los mejores medicamentos y advierten sobre la necesidad de contener esta resistencia.
Pocos días después de que la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, advirtiera sobre el posible fin de la medicina moderna como consecuencia de la resistencia de microorganismos patógenos a los medicamentos, se dio la alarmante noticia de la rápida propagación de una cepa de malaria en Asia que es resistente a los medicamentos más efectivos.
Un nuevo estudio reveló un aumento en la resistencia de una cepa de malaria de la frontera entre Tailandia y Birmania. Ya se había detectado en la zona occidental de Camboya. Los autores advierten que, a menos que se adopten medidas de inmediato, la forma letal de malaria podría propagarse desde Birmania a otros países.
La malaria, provocada por parásitos transportados por el mosquito, en 2010 cobró la vida de seiscientas cincuenta y cinco mil personas en todo el mundo.
La malaria se trataba antes con quinina, luego con cloroquina. Cuando desarrolló resistencia y ésta dejó de ser efectiva, el nuevo medicamento fue la artemisinina (derivada de la planta china Artemisia annua, o ajenjo dulce), que es la que más se usa en combinación con otros ingredientes.
Ahora, la resistencia a los medicamentos basados en la artemisinina ha hecho cundir la alarma porque no hay otro medicamento efectivo, ni se espera que lo haya en los próximos años.
La malaria que es resistente a la artemisinina fue identificada por primera vez en 2006 en Camboya. En 2007-2010 se descubrió que en el occidente de este país el cuarenta y dos por ciento de los casos de malaria eran resistentes. Es un porcentaje muy elevado y, si este tipo de resistencia se extiende a otras regiones, habrá una situación de emergencia de la malaria.
Entre 2001 y 2010, un grupo de científicos británicos y tailandeses estudió a tres mil doscientos pacientes a lo largo de la frontera noroccidental entre Tailandia y Birmania, y midió el tiempo que tardaba el tratamiento con artemisinina en eliminar la infección de malaria de la corriente sanguínea.
Un artículo publicado en la revista médica The Lancet reveló que el número de infecciones rebeldes aumentó de 0,6 por ciento de casos tratados en 2001 a veinte por ciento en 2010, lo que indica un rápido aumento en la resistencia al medicamento.
En ese periodo se detectó que el promedio de tiempo que demoraba en reducir el número de parásitos en la sangre a la mitad oscilaba entre 2,6 y 3,7 horas. La proporción de infecciones rebeldes aumentó de seis a doscientos por cada mil casos, lo que indica que la resistencia alcanzó al veinte por ciento de los casos.
Según un informe de Sky News, el profesor François Nosten, director de la Unidad de Investigación Shoklo Malaria, en Tailandia, advirtió que están en una “carrera contra el tiempo” para detener la propensión a la resistencia. “Si la situación continúa deteriorándose, entonces podría significar que los medicamentos más nuevos que tenemos ahora para tratar la malaria, derivados de la artemisinina, serán cada vez menos efectivos”, dijo y advirtió que la consecuencia, tal como se vio en el pasado, sería un creciente número de casos de malaria y más muertes.
Según Nosten, la razón por la cual la cepa de malaria desarrolló resistencia a los nuevos tratamientos puede deberse a que fueron muy utilizados en los últimos veinte años, ya que eran los únicos tratamientos efectivos.
“Todavía podemos seguir tratando a los pacientes con esos medicamentos, y se mejoran y se curan, salvo que la enfermedad demora más en irse”, expresó el investigador. “Ahora hemos visto el surgimiento de una cepa de malaria resistente a nuestros mejores medicamentos, y esos parásitos resistentes no están exclusivamente en Camboya. Esto es muy preocupante y sugiere que estamos en una carrera contra el tiempo para controlar la malaria en esas regiones, antes de que la resistencia al medicamento
empeore y se propague más. Si ocurriera eso, los efectos serían devastadores.
La malaria ya cobra cientos de miles de vidas por año, si nuestros medicamentos se vuelven inefectivos, esta cifra crecerá drásticamente”.
Otro investigador, Nicholas White, de la Facultad de Medicina Tropical de la Universidad Mahidol de Bangkok, exhortó a que se brinde apoyo a Birmania para combatir la propagación de la malaria resistente allí. También se necesita apoyo para contener la resistencia de las cepas en esta región, de lo contrario se propagará a India y África, advirtió.
La extensión de la malaria resistente es tan solo uno de los ejemplos de una situación crítica. La directora general de la OMS advirtió que podríamos enfrentarnos al fin de la medicina moderna. Debería haber una campaña mundial para identificar los orígenes de este problema y contener la resistencia a los medicamentos, en especial a través de una adecuada prescripción y uso de los mismos.
Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, un organismo multilateral de países en desarrollo con sede en Ginebra.
Publicado: Viernes 18 de mayo de 2012 -
66 Año 2012
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