Aviones no tripulados
Viernes 13 de julio de 2012 - 74 Año 2012
Martin Khor
El uso por un Estado de aviones teledirigidos no tripulados para matar gente en otros países cobra fuerza rápidamente como un tema internacional de derechos humanos de interés público. Esto se hizo evidente en la última sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que tuvo lugar en Ginebra del 18 de junio al 6 de julio, tanto en las reuniones oficiales como en los seminarios de las ONG.
Los aviones no tripulados dirigidos por control remoto están siendo utilizados cada vez más por Estados Unidos sobre Pakistán, Afganistán, Yemen y Somalia.
En lugar de atenerse a normas legales claras, los ataques con aviones teledirigidos no tripulados se han convertido en una “licencia para matar”, vagamente definida e impune, según un informe de 2010 del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos, Martin Scheinin.
La Unión Americana de Libertades Civiles estima que aviones teledirigidos no tripulados de Estados Unidos han matado unas cuatro mil personas desde 2002, en gran parte civiles, según un artículo del periódico británico The Guardian.
La cantidad de muertos ha aumentado significativamente desde la llegada a la Presidencia de Barack Obama.
Entre las críticas e inquietudes planteadas recientemente por funcionarios, expertos y gobiernos sobre el uso de aviones teledirigidos no tripulados figuran el alto número de civiles inocentes muertos y heridos; la posible violación de la soberanía y las leyes internacionales sobre derechos humanos; la falta de información, transparencia y responsabilidad; su efecto contraproducente; y el estímulo indirecto a que otros países también utilicen en sus ataques este tipo de aviones.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, dice en su informe general al Consejo de Derechos Humanos del 18 de junio que durante su reciente visita a Pakistán había expresado su gran preocupación por el uso continuado de aviones teledirigidos no tripulados, especialmente porque no quedaba claro que todas las personas blanco del ataque fueran combatientes o que participaran directamente en las hostilidades. Y añadió que “la Secretaría General de las Naciones Unidas ha expresado preocupación por la falta de transparencia en las circunstancias en que se utilizan aviones teledirigidos no tripulados, señalando que existen dudas en cuanto a que esos ataques se atengan a criterios de distinción y proporcionalidad”.
Pillay recordó a Estados Unidos su obligación, asumida internacionalmente, de adoptar todas las precauciones necesarias para asegurar que los ataques se atengan a las leyes internacionales y lo exhortó a realizar investigaciones transparentes, creíbles e independientes, así como a brindar reparaciones efectivas a las víctimas.
El 26 de junio, el embajador de Pakistán, Zamir Akram, dijo al Consejo de Derechos Humanos que su país estaba directamente afectado por la utilización indiscriminada de aviones teledirigidos no tripulados y que en esos ataques resultaron muertos, como mínimo, mil civiles, entre ellos niños y mujeres. “El gobierno de Pakistán ha expresado permanentemente que los ataques de aviones teledirigidos no tripulados no solo son contraproducentes sino que constituyen una violación del derecho internacional y de la soberanía” del país, expresó, y añadió que el parlamento pakistaní ha reclamado el cese inmediato de esos ataques.
“Lamentablemente esta exhortación no ha sido escuchada”, dijo Akram. “Los ataques con aviones teledirigidos no tripulados continúan, en violación de la Carta de las Naciones Unidas, los derechos humanos internacionales y el derecho humanitario internacional. El sistema de los derechos humanos internacionales debe rechazar de manera contundente todo intento de justificar tales acciones”.
En la sesión del Consejo de Derechos Humanos del 16 de junio, Christof Heyns, relator especial de las Naciones Unidas sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, pidió más transparencia y responsabilidad de parte de Estados Unidos. Exhortó a que se creara un marco al que todos los países adhirieran y presionó para que existan registros certeros de las muertes de civiles. “Creo que estamos sentando precedentes peligrosos que pueden ser utilizados por todos los países”, expresó.
En un acto organizado por la Unión Americana de Libertades Civiles, Heyns manifestó que los ataques estadounidenses con aviones teledirigidos no tripulados alentarían a otros países a desacatar las normas sobre derechos humanos y sugirió que algunos de esos ataques podrían constituir incluso crímenes de guerra, según un informe de The Guardian.
A las críticas se sumaron organizaciones estadounidenses y el ex presidente Jimmy Carter.
“Estados Unidos ha improvisado su propio marco legal de aniquilamientos selectivos, con normas que son mucho menos exigentes de lo que permite la ley”, comentó el 20 de junio al Consejo de Derechos Humanos la directora de la Unión Americana de Libertades Civiles, Hina Shamsi. También se refirió a la falta de transparencia de los programas militares en función de lo que calificó como “un criterio legal secreto, evidencia totalmente secreta y un proceso secreto”. Y declaró que “la preocupación de la comunidad internacional sobre el programa de aniquilamientos selectivos sigue creciendo debido a la autoridad ilegalmente amplia que nuestro gobierno ejerce para matar a ‘sospechosos de terrorismo’ lejos de cualquier campo de batalla, con total falta de transparencia o responsabilidad”.
La falta de un marco legal permite implementar a voluntad ataques con aviones teledirigidos no tripulados, en zonas fuera de conflicto y sobre la base de amenazas vagamente definidas como terroristas, señaló un informe de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS). “En esencia, los aviones teledirigidos no tripulados anulan nuestra soberanía nacional. Las reglas del juego son que la soberanía de un país aplasta a la de otro”, declaró Tom Engelhardt, coautor del libro Terminator Planet: The First History of Drone Warfare, 2001-2050 [Planeta Terminator: primera historia de la Guerra de Drones, 2001-2050].
Jimmy Carter señaló en un artículo publicado en The New York Times el 24 de junio que el uso por parte de Estados Unidos de ataques con aviones teledirigidos no tripulados “continúa en zonas de Pakistán, Somalia y Yemen que no son zonas de guerra. No sabemos cuántos cientos de civiles inocentes han resultado muertos en esos ataques, cada uno aprobado por las máximas autoridades de Washington. Esto hubiera sido impensable en épocas anteriores. Estas políticas afectan claramente la política exterior de Estados Unidos. Los altos funcionarios militares y de los servicios de inteligencia, así como los defensores de derechos en las zonas atacadas afirman que la gran escalada de los ataques de aviones teledirigidos no tripulados ha logrado que las familias agraviadas se vuelquen a organizaciones terroristas, levantando a las poblaciones civiles en nuestra contra (…) Como ciudadanos comprometidos debemos persuadir a Washington a que revierta el curso y recupere liderazgo moral conforme a las normas internacionales de derechos humanos”.
Los aviones teledirigidos no tripulados fueron desarrollados originalmente para reunir información para los servicios de inteligencia. Más de cuarenta países cuentan con esta tecnología y algunos tienen o están buscando un tipo de avión que pueda disparar misiles guiados por láser, según un informe de 2010 del entonces Relator Especial de las Naciones Unidas sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias Philip Alston.
Estos aviones permiten aniquilaciones selectivas sin riesgo para el personal del Estado que las lleva adelante y pueden ser operados por control remoto desde su territorio.
Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.
Publicado: Viernes 13 de julio de 2012 -
74 Año 2012
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