Egipto
Viernes 10 de agosto de 2012 - 78 Año 2012
Héctor Béjar
Dos fuerzas impulsaron la denominada primavera árabe en Egipto: el islamismo masivo de los Hermanos Musulmanes y las multitudes laicas de la Plaza Tahrir. A los dieciséis meses de la revolución egipcia, las multitudes laicas se han replegado y con ellas la posibilidad de un Egipto democrático, si alguna vez tal perspectiva existió. Se han afianzado las prohibiciones del Islam fundamentalista, quedan los Hermanos Musulmanes en el gobierno y permanecen las Fuerzas Armadas como garantes del viejo orden.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (SCAF, por sus siglas en inglés) sigue siendo el poder al lado del trono. Viene desde Mubarak y Sadat, es la dictadura misma con sus cárceles, torturas y la subordinación a Israel promovida y auspiciada por los Estados Unidos desde los días de Carter. A nadie parecen interesarle los derechos humanos.
El Tribunal Constitucional controlado por el SCAF disolvió el parlamento a mediados de junio y los Hermanos Musulmanes acataron la resolución al fracasar su intento de reconstituir la Cámara Baja. Fue un golpe de Estado tolerado por ellos porque el Consejo Supremo tradicional se convirtió en institución legislativa y designó el Comité que redactará la nueva Constitución.
La sociedad civil no existe. Las corrientes cristianas, liberales, wafdistas y laicas son minoría y están fragmentadas. Eso permitió que en la segunda vuelta de las elecciones la opción fuese entre Mohamed Morsi Isa al-Ayyat, del partido Libertad y Justicia, vieja guardia de los Hermanos Musulmanes, y el general de la Fuerza Aérea Ahmed Mohamed Shafiq, ex ministro de Aviación Civil de Mubarak, ganando Morsi por margen ajustado. Entre los primeros momentos de la Plaza Tahrir y las elecciones el entusiasmo del pueblo bajó lo suficiente como para que la participación en el sufragio sea de solo cincuenta y uno por ciento.
Egipto ha quedado dividido entre laicos y religiosos. Los laicos detestan a los religiosos; pero votaron por Shafiq porque creen que se necesita mano fuerte e inversiones extranjeras. Una vez depuesto Mubarak por corrupto, el resto les interesa poco. La democracia no está en la agenda.
Egipto está en el vacío, sin parlamento y sin Constitución, en medio de la pobreza y al borde de la bancarrota.
Morsi se demoró un mes en nombrar como primer ministro a Hicham Qandil, religioso practicante de larga barba como manda la sharia del Corán. El mariscal Hussein Tantawi, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, veinte años ministro de Defensa de Mubarak, conserva su cargo.
La interrogante es si Egipto mantendrá la cooperación con Israel establecida por el Tratado de Camp David de 1979 habiendo dicho el doctor Morsi, como presidente del Movimiento Antisionista, que los tiempos de subordinación de Egipto a las potencias han terminado con la revolución del 25 de enero.
Por los acuerdos de Camp David de 1978 entre Anwar El Sadat y Menahem Begin, Egipto reconoció al Estado de Israel a cambio de que Israel abandone la península de Sinaí que conquistó en la guerra de los seis días perdida por Gamal Abdel Nasser y sus aliados en 1967. El Sinaí quedó dividido en tres partes. Después Israel sitió a Gaza e inició la construcción de asentamientos judíos en territorio árabe. Egipto quedó considerado como un país traidor en el mundo árabe y Sadat fue asesinado por un comando islamista en 1981. Los Hermanos Musulmanes ahora en el poder declararon que los acuerdos deberían ser abolidos porque limitan la defensa militar del país.
Los periódicos israelíes informaron que Morsi se negó a recibir una llamada de felicitación de Benjamín Netanyhaju.
Acatando a Israel, Mubarak bloqueaba a los palestinos islamistas rebeldes de Hamas que gobiernan en la Franja de Gaza (un millón y medio de habitantes) como parte de las sanciones internacionales contra ellos y mantenía relaciones con los del Al Fatah que controlan Cisjordania. Lo primero que ha hecho el nuevo gobierno egipcio es decretar la libre entrada de los palestinos a Egipto. Habrá que ver si el dominio de Israel sobre Egipto continúa en los tiempos de Morsi.
Publicado: Viernes 10 de agosto de 2012 -
78 Año 2012
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