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Nuevas guerras de divisas

Viernes 28 de setiembre de 2012 - 85 Año 2012

Martin Khor

El reciente anuncio del director de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, de que el gobierno de ese país daría otra inyección masiva de dinero al sistema bancario fue muy bien recibido por algunos sectores que consideran que la medida reanimará la tambaleante economía estadounidense. Pero no todos la ven con buenos ojos, por consider que revivirá la denominada “flexibilización cuantitativa”.

El anuncio ha causado preocupación en algunos países en desarrollo, como Brasil, que la consideran una medida proteccionista. Su temor consiste en que gran parte de las cantidades masivas de dinero liberadas a los mercados financieros, en lugar de impulsar la economía estadounidense, pueda convertirse en corrientes de capital no deseadas que se vuelquen a países del Sur.

Bernanke anunció que la Reserva Federal compraría en el mercado valores de deuda hipotecaria por una suma de 40,000 millones de dólares mensuales de manera continua hasta que mejore la situación del empleo en Estados Unidos.

La esperanza radica en que el dinero barato y abundante aliente a empresarios y consumidores a gastar más, lo que estimularía una recuperación. Sin embargo, las anteriores rondas de flexibilización cuantitativa no hicieron mucho por la economía estadounidense. Los inversionistas colocaron gran parte de los fondos extra no en nuevas producciones en Estados Unidos sino como fondos especulativos en mercados emergentes o en mercados de productos básicos (commodities), en busca de mayores ganancias.

Los países en desarrollo que recibieron los fondos sufrieron efectos adversos, como la inflación de los precios de los bienes inmuebles y otros activos, así como un aumento del valor de sus monedas, lo que redujo la competitividad de sus exportaciones. Por otro lado, el dólar se depreció debido a la creciente oferta de la divisa estadounidense y la caída de las tasas de interés, lo que aumentó la competitividad de las exportaciones de Estados Unidos.

Brasil ha estado al frente de los países en desarrollo que critican la inyección de dinero de Estados Unidos. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, calificó de proteccionista la medida de la Reserva Federal y advirtió que desataría nuevamente guerras mundiales de divisas.

La tercera ronda de flexibilización cuantitativa sólo arrojaría beneficios marginales a Estados Unidos, ya que actualmente el país tiene una elevada liquidez y, sin embargo, no se vuelca a la producción, declaró Mantega al Financial Times. En cambio, advirtió, apunta a bajar el dólar y aumentar las exportaciones estadounidenses.

Japón también decidió expandir su propio programa de flexibilización cuantitativa en respuesta a la medida de Estados Unidos, lo cual revela las tensiones y una guerra de divisas, opinó el ministro de Hacienda brasileño.

En los últimos años, en anteriores rondas de expansión de la liquidez, Brasil fue uno de los países en desarrollo perjudicados por la drástica valoración de su moneda, que redujo su competitividad exportadora y alentó el aumento de las importaciones.

La moneda brasileña se debilitó recientemente, pasando de una cotización de 1.52 reales por dólar a los actuales dos reales por dólar, lo que mejoró su competitividad. Pero la nueva expansión de liquidez en Estados Unidos podría provocar una nueva inundación de fondos en Brasil, revirtiendo esta tendencia.

Frente a esta posibilidad, Brasil se vería forzado a adoptar medidas que detengan el aumento del real, anunció el ministro Mantega. Previamente, el país había adoptado controles de capital para desalentar el ingreso de fondos extranjeros.

Pero lo que molestó aún más a Brasil fue la acusación del Representante de Comercio de Estados Unidos, Ron Kirk, de que el país sudamericano había sido proteccionista al aumentar algunos aranceles, aun cuando las medidas brasileñas estuvieron dentro del marco de derechos que le concede la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El canciller brasileño, Antonio Patriota, escribió a Kirk señalándole la injusticia de que un país proteccionista como Estados Unidos acuse de proteccionismo a Brasil. “El mundo ha contemplado una expansión masiva de dinero y el rescate de bancos y compañías industriales en una escala sin precedentes, implementados por Estados Unidos y otros países desarrollados”, declaró Patriota. “Como resultado, Brasil ha tenido que hacer frente a un aumento artificial del valor de su moneda y una inundación de artículos importados a precios artificialmente bajos”.

Estados Unidos era un beneficiario importante, ya que casi duplicó sus exportaciones a Brasil, que aumentaron de 18,700 millones de dólares en 2007 a 34,000 millones en 2011, subrayó el canciller brasileño.

“Mientras que ustedes se refieren a las medidas adoptadas por Brasil –por otra parte, compatibles con la OMC-, de nuestro lado nos preocupamos por la perspectiva de que Estados Unidos continúe con la subvención ilegal de productos agrícolas, lo que afecta a Brasil y a otros países en desarrollo, en especial algunos de los países más pobres de África”, afirmó el canciller brasileño. “En un corto periodo Estados Unidos ha logrado aumentar notablemente sus exportaciones a Brasil, y continúa beneficiándose de nuestro mercado en expansión. Pero sería más justo si esos aumentos ocurrieran en un entorno no distorsionado por la desalineación de los tipos cambiarios y el manifiesto apoyo del gobierno”.

En la medida que la flexibilización cuantitativa de Estados Unidos y Japón tendrá lugar en el futuro, todavía queda por ver si la historia se repetirá –con efectos mínimos en la recuperación económica de esos dos países, pero creando problemas serios a los países en desarrollo– o si esta vez será diferente.

* Director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra, y fundador de la Red del Tercer Mundo.


Publicado: Viernes 28 de setiembre de 2012 - 85 Año 2012

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