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El resurgimiento de la planificación económica en África

Viernes 1 de febrero de 2013 - No. 99 - Año 2013

Martin Khor

Los países en desarrollo utilizaron durante muchos años la planificación para poner en marcha sus economías. Pero en las décadas de 1980 y 1990 esta práctica se suspendió en varios países, en especial de África, debido a la influencia del FMI y el Banco Mundial. Bajo su programa de ajuste estructural, la planificación o cualquier tipo de estrategia en materia de desarrollo que implicara un papel activo del Estado, resultó tabú.

En consecuencia, en varios países africanos quedaron rezagados el crecimiento económico y el desarrollo social. Los gobiernos abandonaron la planificación, se abstuvieron de participar en la economía, redujeron puestos de trabajo, eliminaron subvenciones y otros métodos de ayuda a empresas y agricultores nacionales. El nuevo orden era privatizar, liberalizar las importaciones y depender de las inversiones extranjeras para el crecimiento.

Durante más de dos décadas, la mayoría de las economías africanas sufrieron estancamiento económico, a la vez que continuaron inmersas en el endeudamiento. El sector agrícola, que en muchos países había sido pujante, se debilitó y varias industrias locales se cerraron o redujeron frente a la competencia de importaciones más baratas.

Esto contrastó con los países del sudeste asiático, que tuvieron un crecimiento mayor, estimulado por una estrategia general de desarrollo, con planes quinquenales y políticas sectoriales en la industria, la agricultura y determinados servicios.

En algunos sectores, en especial servicios sociales, servicios públicos, infraestructura e industrias estratégicas, el gobierno conservó la propiedad o una participación alta del capital accionario. En otros, alentó el desarrollo de empresas nacionales a través de subvenciones, crédito, promoción de ventas y mapas de ruta sectoriales.

En África hay actualmente un incipiente renacimiento de la planificación del desarrollo, a la vez que se fortalece el papel del Estado en la economía, en parte por las lecciones aprendidas de Asia.

Este renacimiento fue el tema de una conferencia a la que asistí la semana pasada en Dakar, para celebrar el 50º aniversario de la fundación del Instituto Africano para el Desarrollo Económico y la Planificación, una organización de las Naciones Unidas vinculada a la Comisión Económica para África, en la que participaron dirigentes regionales africanos y ministros y funcionarios de alto nivel del área económica de unos treinta países. Todos mostraron gran interés en el resurgimiento de la planificación y el liderazgo del Estado.

El nuevo director de la Comisión Económica para África y secretario general adjunto de las Naciones Unidas, Carlos Lopes, brindó un panorama sorprendente de los vaivenes de la planificación en ese continente.

En la década de 1960, treinta y dos países africanos tenían economías planificadas y dirigidas por el Estado, pero esto se abolió en las décadas de 1980 y 1990 por los programas de ajuste estructural. Los largos años en que se instrumentaron esas políticas y las limitaciones del fundamentalismo de mercado dieron pie a un renovado interés en la planificación, expresó Lopes. Varios países africanos están elaborando ahora planes y estrategias nacionales de desarrollo, con metas de crecimiento, puestos de trabajo y transformación estructural, y una combinación del Estado y el mercado, sectores público y privado, y una visión a largo plazo del empoderamiento de los africanos.

La Comisión Económica para África de las Naciones Unidas apoya a los gobiernos a recuperar la planificación y formular estrategias de desarrollo. “No planificar implica planear el fracaso”, aseguró Lopes. La planificación funciona si se hace y aplica bien, añadió, y mencionó los casos exitosos de Europa, Brasil, China y otros países del este asiático.

El director del Instituto Africano para el Desarrollo Económico y la Planificación, Adebayo Olukoshi, dijo que en los últimos cinco años, más de treinta países africanos adoptaron nuevas visiones a largo plazo y planes de tres a cinco años. Las instituciones de planificación que habían sido desmanteladas, volvieron a crearse. “África ha entrado en una nueva etapa de planificación y pensamiento en el desarrollo a largo plazo”, afirmó.

En mi intervención subrayé varios elementos de las estrategias de desarrollo de Asia oriental que habían guiado el crecimiento de la región, entre ellos planes quinquenales, programas de transformación económica, políticas comerciales e industriales, promoción de empresas y agricultores nacionales, uso de la contratación pública y las nuevas formas híbridas de empresas vinculadas al gobierno combinando algunas propiedades del Estado con operaciones cada vez más comercializadas.

En la conferencia, varios ministros y directores generales de hacienda y planificación reflexionaron sobre el estado de las estrategias de desarrollo en sus países. La mayoría tiene una historia en común, que se inició con la clausura o marginación de las funciones de planificación en el gobierno como consecuencia del ajuste estructural.

La historia común continuó hasta llegar a la etapa actual, más optimista, en que algunos países como Zimbabwe lograron recuperar la planificación, mientras que varios otros relataron las dificultades y complejidades de ponerla nuevamente en marcha.

“La capacidad de planificación se perdió. Debemos reestablecerla”, expresó un alto funcionario africano. Otros hablaron de la necesidad de superar conflictos entre distintos ministerios y reducir la dependencia de la “agenda externa” de donantes e instituciones financieras extranjeras. “Sin la visión y el compromiso del liderazgo político, la planificación no funcionará”, resumió otro alto funcionario.

La conferencia marcó una etapa en la historia del desarrollo de África. Me pareció que la región ha estado sufriendo un largo periodo de mal asesoramiento de las instituciones financieras internacionales, con la pérdida de su capacidad para desarrollar sus propias estrategias económicas y planes de desarrollo, y ahora está resurgiendo el pensamiento a largo plazo y estrategias a mediano plazo. Pero aún queda un largo camino por delante para que este incipiente resurgimiento llegue a aplicarse con éxito.

Martin Khora es fundador de la Red del Tercer Mundo y director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.


Publicado: Viernes 1 de febrero de 2013 - No. 99 - Año 2013

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