Guerra a los pobres
7 de junio de 2013 - No. 117 - Año 2013
Héctor Béjar
Después de castigar a Grecia, Irlanda y Portugal, la Comisión Europea (el Poder Ejecutivo de la Unión Europea) le ha leído la cartilla a España y Francia.
Para salvar a los bancos pagándoles sus deudas, España y Francia emitieron enormes cantidades de bonos soberanos. Unos 750,000 millones de euros sirvieron para crear el fondo de rescate de los especuladores, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. No hay un fondo similar para salvar a la gente. Ahora los estados tienen un enorme déficit presupuestal…¡y deudas con los bancos que causaron la crisis! La Comisión Europea dice que deben reducir el déficit por debajo del tres por ciento. Mientras tanto, Estados Unidos tiene todavía cuatro por ciento del PBI de déficit, equivalente a 642,000 millones de dólares, y nadie le dice nada.
Para reducir el déficit deben recortar sus presupuestos. ¿Dónde deben reducir? Adivinen. Por supuesto en salarios y pensiones. Y tienen plazo hasta el 2015 (Francia) y 2016 (España) para hacerlo. Claro, tienen tiempo, dos o tres años. Esto le dará oxígeno al gobierno de Mariano Rajoy salvándolo del nocaut financiero. Pero la espada sigue encima del cuello de los trabajadores y los viejos.
La Comisión Europea llama reformas estructurales a convertir a los trabajadores europeos en una imitación de los latinoamericanos y asiáticos, es decir quitarles sus derechos adquiridos. Eso no es todo. Llama reforma tributaria no a subir los impuestos a los ricos y los ejecutivos sino a incrementar el IVA (IGV europeo) que pagan la clase media y los pobres. Menos salarios, menos derechos, más impuestos al consumo.
Francia tiene plazo hasta 2020 para “reformar” su sistema de pensiones y su seguro de desempleo. La misma letanía ha sido leída para Italia y otros cuatro países entre ellos Hungría y Lituania. Herido en su orgullo francés, Francois Hollande ha declarado que “la Comisión Europea no tiene que dictar a Francia lo que debe hacer”. En lo que respecta a las reformas estructurales, sobre todo las reformas de las jubilaciones, “somos nosotros, exclusivamente, quienes debemos decir cuál será el camino”, dice Hollande. Es decir: igual los voy a sacrificar, dejen que lo haga a mi manera.
Una declaración de guerra, las recomendaciones de la Comisión Europea. Las pensiones no deberán reajustarse con la inflación (en otros términos: abandonemos a los viejos a la miseria creando pobreza). La edad legal de jubilación debe ser aumentada (medida contra los jóvenes, porque si los viejos siguen trabajando, no habrá empleo para ellos). Habrá que cotizar más y por más tiempo para recibir pensiones miserables que se van licuando con la inflación. La Seguridad Social y los presupuestos de las colectividades territoriales deberán ser sometidos a los mismos criterios que los del gobierno central. Acabarán los limpios y ordenados trenes franceses, símbolo de la nación, porque deberá abrirse la concurrencia de empresas privadas al sector ferroviario, causando el mismo desorden que dejó Margaret Thatcher en los ferrocarriles ingleses, los peores de Europa. Guardando las distancias, el mismo criterio que llevó a los neoliberales a introducir las combis y mototaxis de Alberto Fujimori en el transporte de Lima. Subirá el gas al acabar las tarifas reguladas. Y, claro, se reducirán los impuestos a las sociedades mientras se sube el IVA para los consumidores.
El periódico L´Humanité ha dicho: la lógica del neoliberalismo más desembozado, más antisocial, más ineficaz, se ha impuesto. La brutalidad de las medidas se acompaña de la llamada de atención a los dirigentes franceses para que den cuenta de las tareas que se les encomienda. Lo que se está planteando en Francia es retornar a la preguerra, antes de los gobiernos del Frente Popular y el Consejo Nacional de la Resistencia contra el nazismo que instalaron las conquistas sociales y el orden estatal en beneficio de la gente.
Bruselas exige de Francia una verdadera regresión social. La guerra a los pobres ha sido declarada. Es parte de la guerra contra los pobres en todo el mundo.
Héctor Béjar
www.hectorbejar.com
Publicado: 7 de junio de 2013 -
No. 117 - Año 2013
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