El turno de Asia
8 de noviembre de 2013 - No. 139 - Año 2013
Martin Khor
Ahora les tocó a los asiáticos enterarse de que también fueron objeto de espionaje. Si las agencias de inteligencia de Estados Unidos espían a los estadounidenses, los latinoamericanos y los europeos -incluida su principal figura política, la alemana Angela Merkel-, la conclusión inevitable es que Asia no quedaría fuera. Por tanto, no fue una sorpresa que presidentes y primeros ministros de la región hayan tenido sus celulares y correos electrónicos personales intervenidos.
Sin embargo, la noticia de que se están utilizando las embajadas de Estados Unidos y Australia para espiar a países asiáticos causó justificado malestar en la región.
Se ha informado que los servicios de inteligencia australianos trabajan en cooperación con los estadonidenses. Según informes del semanario alemán Der Spiegel y el diario Sydney Morning Herald, la inteligencia australiana actúa desde las embajadas de ese país en China, Indonesia, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Tailandia, Timor Oriental y Vietnam. Revelaron, además, que las embajadas de Estados Unidos han llevado a cabo actividades de espionaje en Birmania, Camboya, China, Indonesia, Malasia y Tailandia.
El viernes 1 de noviembre, el mismo día que Brasil y Alemania presentaron un borrador de resolución conjunta a la Asamblea General de las Naciones Unidas reclamando a los estados miembros que adoptaran medidas para poner fin al espionaje masivo, Malasia presentó su protesta oficial a Estados Unidos y Australia advirtiendo que la vigilancia de amigos cercanos podría lesionar seriamente las relaciones. Indonesia, por su parte, advirtió a ambos países que la continuación de operaciones de espionaje dentro de sus embajadas amenazaba con desbaratar la confianza generada entre las partes.
China también respondió a la información de que la embajada de Estados Unidos en Beijing y los consulados en Shanghai y Chengdu realizaron operaciones especiales de espionaje. El Ministerio de Relaciones Exteriores exigió una explicación de Washington, expresando que “las entidades extranjeras no deben participar de modo alguno en actividades que sean incompatibles con su condición y que resulten perjudiciales para la seguridad nacional y los intereses de China”.
Los informes de prensa sobre el espionaje en los países asiáticos se basan en información filtrada por Edward Snowden, el empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos asilado actualmente en Rusia que reveló documentos secretos, incluido el Programa de Vigilancia PRISM de la NSA. (Ver recuadro.) Con anterioridad, varios medios de prensa habían informado que los teléfonos personales de la canciller alemana Angela Merkel y de la presidenta brasileña Dilma Rousseff habían sido intervenidos. Ambas presentaron sus protestas directamente al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
La semana pasada, el Washington Post también reveló que las agencias de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña habían encontrado la manera de interceptar el intercambio de datos de Google y Yahoo. “Estamos escandalizados por el alcance de estas intercepciones realizadas por el gobierno (de Estados Unidos)”, declaró el director jurídico de Google, David Drummond.
Las grandes compañías de Internet han descubierto que su sistema de encriptamiento ideado para proteger el correo electrónico y otra información que fluye a través de sus centros de datos no es seguro. Las empresas de tecnología están preocupadas de que sus millones de clientes ya no confíen en que su privacidad será protegida.
¿Cómo va a afectar todo esto el uso de la navegación, el correo electrónico, los sitios web de redes sociales como Facebook y Twitter? Empresas y entidades estadounidenses dominan actualmente el negocio mundial de Internet y gran parte del flujo mundial de datos pasa por las empresas con sede en Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos se presenta como un huésped honrado de los centros de Internet, que respeta los derechos y la privacidad de los usuarios de correo electrónico del mundo, y un adalid de la libertad en la red de redes. Esa imagen quedó destruida con la serie de revelaciones que sale de los archivos filtrados de Snowden, y la que ahora proyecta es la de un gobierno que ha utilizado la alta tecnología para recopilar miles de millones de bits de datos de los usuarios de Internet. La lucha contra el terrorismo, que fue la razón oficial, parece solo un pretexto para espiar también a cualquier persona importante, incluidos los aliados más cercanos.
Algunos gobiernos que perdieron la confianza de que Washington respete la privacidad de sus políticos, sus empresas y sus ciudadanos están considerando limitar el alcance de las empresas de Internet con sede en Estados Unidos. El Financial Times informó que Brasil planea la aplicación de regulaciones que obliguen a las empresas de tecnología a retener información en Internet sobre sus ciudadanos e instituciones dentro del propio país, y también reveló que los funcionarios europeos están discutiendo la necesidad de contar con mayor capacidad de almacenamiento de datos en Europa para proteger la privacidad de sus ciudadanos.
Brasil también tiene la intención de plantear en diversos organismos y foros de las Naciones Unidas la necesidad de contar con un marco global para respetar y proteger la privacidad en Internet.
Martin Khor, fundador de TWN y director ejecutivo de South Centre.
Publicado: 8 de noviembre de 2013 -
No. 139 - Año 2013
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