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Saberes ancestrales

28 de marzo de 2014 - No. 156 - Año 2014

Vanessa Torres Cáceres

El ingeniero agrónomo Jaime Llosa Larrabure, experto en temas sobre recursos hídricos, aborda los saberes ancestrales de las comunidades andinas del Perú para adaptarse al cambio climático y manifiesta su preocupación por la falta de una actualizada Estrategia Nacional de cambio climático, más aún cuando el país será sede de la próxima Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención de las Naciones Unidas.

¿Cómo afecta el cambio climático a los recursos hídricos en el Perú?

Una primera expresión es el aumento de la temperatura media del planeta. En las partes altas de los Andes la temperatura ha ido aumentando, repercutiendo no solo en el turismo, con la desaparición de paisajes como el nevado de Pastoruri, en Ancash, sino también en la pérdida de reservas de agua. Ahora los ríos que tienen un régimen regular, es decir, que tienen agua todo el año porque se alimentan de los deshielos de los nevados, pasarán a tener un régimen irregular, es decir, se van a secar en la época que no llueve. Y esto es gravísimo, ya que los ríos regulares permiten dos cosechas cuando hay y no hay lluvias. Un ejemplo es el del río Ocoña, que es muy torrentoso porque es alimentado por los nevados Coropuna, Sarasara y Solimana. Existen imágenes satelitales donde se puede observar que ya no tiene ni el cuarenta por ciento de los glaciares que lo nutría, por lo que su caudal estará bajando, sobre todo en época de ausencia de lluvias. Y como este país no planifica, en la parte baja del rio se está sembrando cerca de mil quinientas hectáreas de arroz inundable. Imagínese lo que va significar cuando ya no existan estos glaciares.

Una segunda expresión es la presencia de eventos extremos. Esto significa alteración del ciclo normal de las lluvias en intensidad y periodicidad. Es decir, si en gran parte de la sierra, los cultivos dependen de las lluvias, con este desorden los campesinos perderían sus semillas y para un campesino pobre, perder la semilla es muy importante. Algunos manifiestan que ven que cada vez su producción es baja en comparación con la anterior.

¿Y cuáles son las consecuencias?

Esto va a afectar la seguridad alimentaria, es decir, que haya comida a precios adecuados. Va aumentar la desnutrición, la anemia, las epidemias. Va a cambiar el calendario agrícola, la época de siembra y de cosecha. Se incrementará la pobreza y el desplazamiento de poblaciones, como en la provincia de Grau, en Apurímac, donde tuvieron que emigrar debido a los eventos extremos y las sequias. Aquí ya se estaría hablando de desplazados por el cambio climático.

¿Los conocimientos ancestrales pueden ayudar a combatir los efectos del cambio climático?

Lo primero que hay que analizar son las situaciones que facilitan que las acciones de adaptación frente al cambio climático sean posibles, como la cosmovisión andina, la cual expresa que todo está relacionado. En ella, el manejo de los recursos es integral y las cuencas hidrográficas son manejadas con un sentido totalizante.

Lo segundo es la existencia de comunidades campesinas organizadas que poseen los conocimientos ancestrales para dar respuesta a estos fenómenos. Estas comunidades tienen poder de convocatoria para hacer faenas comunales a través del Ayni, donde hacen y dan mantenimiento a obras hidráulicas como las represas, limpian los puquios y manantiales. También tienen la capacidad para poder distribuir equitativamente los recursos hídricos, lo que se denomina la gestión social del agua.

También tenemos la dispersión del riego en el tiempo; esto es cuando un campesino hace tres tipos de siembra: temprana, media y tardía, así cuando llega época de lluvia la siembra está preparada para su riego. Y la dispersión en pisos altitudinales; cuando el campesino siembra en distintos suelos que tiene distintos climas.

Entre las comunidades que se adaptaron por medio de los saberes ancestrales tenemos las de origen prehispánico, como las Amunas de Huarochirí, a ciento cincuenta kilómetros de Lima, donde cosechan el agua en la parte alta, la filtran al corazón del cerro para luego hacerla aparecer, como agua subterránea, en los manantiales de la parte baja donde hay cultivos sembrados. En la costa tenemos las pozas de Ica, donde se acumula el agua en época de avenida y, una vez que empieza a bajar el nivel, esa humedad permite sembrar cultivos de corto periodo como el pallar.

¿Qué iniciativas deben considerarse en las políticas públicas de adaptación al cambio climático respecto al manejo del agua?

Lo primero es que el gobierno se debe sincerar. La Estrategia Nacional frente al Cambio Climático debería inspirar a los gobiernos regionales para que elaboren sus propias estrategias, pero actualmente se cuenta con una estrategia nacional que data del año 2003. ¡Ya no nos sirve! Es el colmo que siendo un país donde se va realizar la COP 20 estemos aún esperando la estrategia. El ministro (Manuel Pulgar-Vidal) ha anunciado que ya se está haciendo ¡Ojalá!, porque eso lo venimos escuchando desde la época de Antonio Brack (primer ministro del Ambiente del Perú, mayo de 2008-julio de 2011).


Publicado: 28 de marzo de 2014 - No. 156 - Año 2014

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