En un informe televisivo de la BBC, la jefa de corresponsales Lyse Doucet registró la tragedia: sobre los escombros de las casas bombardeadas se colocan letreros con los nombres de las familias que vivían allí, con la esperanza de que algún día alguien las llame para ayudarlas.

En una conferencia sobre la reconstrucción de Gaza celebrada el 12 de octubre a la que asistió el secretario de Estado John Kerry, la comunidad internacional prometió aportar 5.400 millones de dólares, cifra sensiblemente superior a los 4.000 millones esperados por las autoridades palestinas. Pero hasta ahora, solo ha llegado una pequeña parte de los fondos prometidos. Y esto, sumado al bloqueo israelí, impide la reconstrucción.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), que brinda ayuda de emergencia en Gaza y contribuye a la reconstrucción, manifestó que los países que condicionan los aportes a la desmilitarización pueden llegar a imponer un castigo colectivo a los palestinos. Oxfam Internacional, por su parte, reclamó la apertura de las fronteras a la ayuda humanitaria y los materiales para la reconstrucción.

El déficit en materia de ayuda afectó a la propia agencia de las Naciones Unidas que en enero debió suspender su programa de apoyo en efectivo para reparaciones y subsidios de alquiler a las familias palestinas cuyas casas fueron destruidas por los bombardeos. Cuando se ofrecieron los 5.400 millones de dólares, la agencia presentó un plan de 720 millones, pero hasta ahora ha recibido solo 135 millones. “La comunidad internacional ni siquiera llega a proporcionar lo mínimo a la población”, dijo Robert Turner, Director de Operaciones de UNRWA en Gaza.

Pero además de la tarea inmediata de reconstrucción de viviendas e infraestructura, Gaza enfrenta también graves problemas socioeconómicos, como el alto desempleo, los apagones constantes y la falta de agua potable.

“¿Qué sentido tiene la reconstrucción de Gaza si no puede tener una economía que funcione?”, declaró el portavoz de la UNRWA, Chris Gunness. Si no puede importar materias primas para fabricar artículos y comerciar, está condenada a vivir del sistema de ayuda.

Todos los informes permiten concluir que la población de Gaza vive en condiciones terribles, medio año después del cese de las acciones militares. Los países que comprometieron su apoyo en octubre deben actuar ya. Como ha advertido las Naciones Unidas, si se permite que la situación continúe agravándose, la crisis humanitaria de Gaza empeorará y solo puede esperarse una escalada de conflictos.

Martin Khor es Director ejecutivo del Centro del Sur.

Publicado: 13 de marzo de 2015 - No. 200 - Año 2015