El Movimiento de Países No Alineados mantiene su vigencia
11 de noviembre de 2016 - No. 285 - Año 2016
Martin Khor
El Movimiento de Países No Alineados ha tenido una gran historia de 55 años, pero ¿mantiene su vigencia? La respuesta es un rotundo “sí”. Aunque ya no exista un mundo bipolar frente al que estar “no alineado”, los países en desarrollo siguen enfrentándose colectivamente a la dominación de unos pocos países desarrollados que controlan las palancas de la economía mundial.
El Movimiento de Países No Alineados, formado durante el período de la historia moderna en el que numerosos territorios coloniales acababan de lograr su independencia, se convirtió en un símbolo de la unidad de los nuevos países independientes. En un mundo dividido por la Guerra Fría, estos países decidieron “no alinearse” y jugar un papel de equilibrio en los asuntos mundiales.
El Movimiento sigue desempeñando un papel importante en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Consejo de Derechos Humanos y otros organismos, en Nueva York y Ginebra. Las luchas por un nuevo orden económico internacional y el derecho al desarrollo siguen siendo las luchas de hoy.
La Cumbre del Movimiento de Países No Alineados celebrada en setiembre en la isla de Margarita bajo el lema “Paz, soberanía y solidaridad para el desarrollo” produjo una Declaración política y un documento final, que contiene las posiciones del Movimiento en toda una gama de cuestiones políticas mundiales y regionales
La Declaración sostiene que son los países en desarrollo los que sufren más intensamente del desconocimiento del derecho internacional, las invasiones, los despojos de la guerra y los conflictos armados motivados fundamentalmente por los intereses geopolíticos de los grandes centros de poder.
Entre los 21 compromisos de la declaración figuran la revitalización del Movimiento, el rechazo de las políticas ilegales de cambio de régimen encaminadas a derrocar gobiernos constitucionales y el trabajo por un mundo libre de armas nucleares. También se condenó todo tipo de terrorismo, que no puede ni debe asociarse a ninguna religión, nacionalidad, civilización ni grupo étnico.
Se exhortó a una reforma de las Naciones Unidas y a garantizar a los países en desarrollo condiciones equitativas en el comercio internacional. Se reafirmó la necesidad de reformar la estructura financiera internacional y democratizar el FMI y el Banco Mundial. En cuanto al cambio climático, se instó a los países desarrollados a cumplir sus compromisos de otorgar financiación y transferir tecnología adecuada a los países en desarrollo.
Si el Movimiento de Países No Alineados toma todas estas cuestiones en serio, tendrá un impacto positivo en los asuntos internacionales.
La Cumbre de Margarita fue una oportunidad para reafirmar la necesidad de seguir trabajando por la causa de los países en desarrollo en los próximos tres años. Este tipo de ocasión es muy necesaria en un mundo que se ha vuelto extremadamente turbulento, tanto económica como políticamente.
Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.
Publicado: 11 de noviembre de 2016 -
No. 285 - Año 2016
No hay comentarios
Envíe su comentario
Login