Un “gran paso” de Trump hacia la guerra comercial
1 de setiembre de 2017 - No. 322 - Año 2017
Martin Khor
En nuestra última columna advertíamos que Estados Unidos estaba considerando adoptar una seria medida contra China, lo que pondría al mundo al borde de una guerra comercial.
Ese mismo día, Donald Trump firmó una orden para que el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, evalúe si las políticas comerciales chinas perjudican a empresas e inversores estadounidenses en materia de derechos de propiedad intelectual, innovación o desarrollo tecnológico.
Cuatro días después, Lighthizer anunció que había comenzado una investigación a China bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, que permite al Representante de Comercio de Estados Unidos tomar «todas las medidas apropiadas y viables» para eliminar el acto, la política o la práctica con respecto al comercio de bienes o servicios, o «cualquier otra área de las relaciones pertinentes con el país extranjero”.
Las políticas chinas pueden estimular o requerir la transferencia de tecnología y propiedad intelectual a empresas en el país asiático, lo que afectaría negativamente a los intereses económicos estadounidenses, afirmó Lighthizer.
Este es un desencadenante de un conflicto comercial prolongado.
La respuesta de China no se hizo esperar. El Ministerio de Comercio rechazó la acción proteccionista unilateral de Estados Unidos, lo acusó de violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), al aplicar una ley nacional a un asunto internacional, y anunció que tomará “todas las medidas pertinentes para defender con fuerza sus derechos”.
«Con su investigación de la Sección 301, Estados Unidos está tratando de ser jugador y árbitro al mismo tiempo”, comentó Chen Weihua, subdirector y corresponsal principal en Washington de China Daily, el principal periódico estatal chino publicado en inglés. Y advirtió que la iniciativa, violatoria del compromiso de la OMC, tendrá graves consecuencias.
Una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo sería calamitoso para la economía mundial. Y si bien la investigación estadounidense no equivale a una declaración de guerra comercial, avanza en esa dirección.
Otros países también tienen serias preocupaciones acerca de la Sección 301 de la Ley de Comercio de Estados Unidos. En los años 80 y principios de los 90, Washington utilizó ampliamente esta medida unilateral para presionar a sus socios comerciales con la amenaza de aplicar aranceles punitivos si no aceptaban sus exigencias.
Después de la creación de la OMC en 1995, la Sección 301 fue considerada ilegal en el marco de esa institución que regula el comercio internacional. Y, en efecto, Estados Unidos la utilizó en muy pocas ocasiones. Ahora acaba de anunciar su resurgimiento.
Si Estados Unidos eventualmente adopta sanciones comerciales contra China bajo la Sección 301 -la investigación puede durar hasta un año-, Beijing puede presentar una demanda en la OMC. Si gana, podría frenar esta medida unilateral estadounidense.
Es imposible predecir cuál sería la respuesta del gobierno de Trump. Sin embargo, es muy poco probable que el actual presidente estadounidense espere un año antes de ordenar nuevas acciones.
«Es un gran paso”, declaró Trump al anunciar el caso de la Sección 301 sobre China, y advirtió que “esto es solo el comienzo”. Así que debemos estar preparados para todo tipo de iniciativas: medidas antidumping, subsidios injustos, presentación de casos ante la OMC e incluso acciones en nombre de la seguridad nacional.
Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur, una organización intergubernamental de países en desarrollo, con sede en Ginebra.
Publicado: 1 de setiembre de 2017 -
No. 322 - Año 2017
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