El debate internacional sobre los medicamentos genéricos de origen biológico
10 de noviembre de 2017 - No. 331 - Año 2017
Germán Velásquez
El debate sobre los medicamentos genéricos no es nuevo. La diferencia es que los ataques que se enfrentan hoy en el caso de los productos de origen biológico, están “revestidos” de un lenguaje más “técnico” y sofisticado que logra confundir hasta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los nuevos medicamentos de origen biológico, que están llegando al mercado desde hace unos 20 – 30 años representan, en término de número de productos, solo 2.5 % de la lista de medicamentos esenciales de la OMS, pero en términos de valor pueden costar entre el 15 o 20% de la factura farmacéutica de un país.
Los altos costos de este tipo de medicamentos se debe fundamentalmente a dos nuevos fenómenos: primero, un cambio de la industria farmacéutica en su filosofía de fijación de precios, donde los precios ya no se fijan en relación a los costos reales de I+D, más un margen de beneficio, sino a un supuesto “valor” donde la industria farmacéutica funciona más como una industria de especulación financiera, que empresas al servicio de la salud pública. El segundo fenómeno causa de los altos precios es el refuerzo injustificado de la propiedad intelectual y la introducción de barreras adicionales para la entrada de productos genéricos. En este último punto, la OMS, antes que aclarar la situación ha creado un obstáculo con la introducción del número de índice biológico (BQ) que diferencia innecesariamente los medicamentos genéricos de origen biológico.
Es preocupante que la OMS no consiga formular una directiva internacional basada en la filosofía al origen de las DCI: “Las Denominaciones Comunes Internacionales llamadas también nombres genéricos se han establecido con la intención de emplearlas como bien público sin restricciones, es decir, que los derechos de uso no son propiedad de nadie”.
En el debate sobre la imposibilidad de productos “idénticos”, hay que tener claro que no se buscan productos idénticos sino equivalentes terapéuticamente. Lo importante es que el paciente pueda prevenir o curar o mejorar su situación.
Algunos medicamentos biológicos han podido revolucionar el tratamiento del cáncer, la artritis o las enfermedades inflamatorias del intestino, pero han elevado los costes para los sistemas sanitarios. El negocio para las compañías es enorme.
Es cierto que hay diferencias entre las reproducciones de productos derivados de la química y productos de origen biológico pero nada impide que de estas últimas se puedan hacer reproducciones con reglas claras que protejan a los pacientes y que al mismo aseguren el acceso a todos los que necesiten estos productos.
Entre biosimilares, intercambiables, bioequivalentes, ¿por qué no optar simplemente por genéricos de biológicos?
Esperemos que la OMS consiga dar una directiva clara basada en la protección de los pacientes antes que la protección de los intereses financieros de las compañías farmacéuticas.
Leer aquí el Documento de Investigación 82 completo.
Fuente: El debate internacional sobre los medicamentos genéricos de origen biológico, Documento de Investigación 82, Noviembre de 2017, Centro del Sur. El Centro del Sur es una organización intergubernamental de países en desarrollo, con sede en Ginebra.
Publicado: 10 de noviembre de 2017 -
No. 331 - Año 2017
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