Génesis y estallido de la actual burbuja bursátil
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Germán Gorraiz López
El anuncio velado de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) pueda retirar sus medidas de estímulo a la economía estadounidense a finales del 2013 (en la actualidad, destina 85 millones de $ mensuales a la compra de activos), ha provocado el nerviosismo en Wall Street con dos jornadas consecutivas de caídas (rozando el 3%) y con el Dow Jones de Industriales por debajo de la barrera psicológica de los 15.000 puntos tras haber acumulado unas ganancias del 15 % en el 2.013.
Ello aunado con el preocupante dato de actividad manufacturero de China del mes de Junio que según el Índice gerente de compras (PMI) del HSBC demuestra que este sector se contrajo por segundo mes consecutivo tras siete meses ininterrumpidos de expansión (la actividad industrial del mes de Junio sería de 48,3 puntos, por debajo del nivel de 50 puntos que indica expansión) y las pesimistas previsiones del Banco Mundial (BM) que ha reducido sus previsiones de crecimiento global para el 2.013, ha provocado una tendencia vendedora en las plazas europeas y asiáticas, no siendo descartable que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial y derive en una psicosis vendedora que podría terminar por desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil.
La burbuja actual sería hija de la euforia de Wall Strett (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras las políticas monetarias de los grandes bancos centrales mundiales que han inundado los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros con la esperanza de relanzar la economía, (especialmente cuando las colocaciones sin riesgo (deuda de EEUU o de Alemania), no retribuyen nada a los inversionistas) y su posible estallido vendría motivado por los siguientes factores:
Racionalidad limitada: La desconexión con la realidad por parte de los inversores les llevaría a justificar la exuberancia irracional de los mercados (creándose un mundo virtual de especulación financiera que nada tendría que ver con la economía real) y a extrapolar las rentabilidades actuales como un derecho vitalicio lo que unido a la pérdida de credibilidad de las agencias de calificación como Moody’s (al no haber predicho la actual crisis), coadyuva a que el mercado permanezca insensible al recorte de rating de las compañías que cotizan en la bolsa.
Especulación: El proceso especulativo impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual. Así, el precio del activo llega así a alcanzar niveles estratosféricos hasta que la burbuja acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios, (hasta límites inferiores a su nivel natural) dejando tras de sí un reguero de deudas (crack bursátil).
Incertidumbre sobre el nivel suelo de los valores bursátiles: Un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados. El nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría en la horquilla de los 10.000-11.000 puntos en Mercados Bursátiles como el Dow Jones, debido a la mayor virulencia y profundidad que presenta la crisis económica y muy lejos de los estratosféricos valores actuales (rozando los 15.000 puntos y rememorando valores de 2007).
Repunte de las commodities: El repunte en los precios de los commodities en el 2012 se debió a factores coyunturales, como las malas condiciones climáticas (sequías, falta de humedad y bajas temperaturas) que se registraron en las principales zonas productoras del mundo en el 2012. Así, según prensa.com, la ola de calor y la persistente sequía en estados graneros de EEUU, tuvo un efecto inmediato en el alza del precio de los cereales (la soja alcanzó en la Bolsa de Futuros de Chicago (CBOT) un nuevo récord y el maíz se situó en el precio más alto en cuatro años con subidas del 30%).
Con respecto al 2013, según managementsociety.net, importantes estados-granero de EEUU habrían sufrido fuertes lluvias y nevadas que han originado el retraso en la siembra de los cultivos y que está ya ejerciendo presiones al alza en los precios y el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA), anunció que a fecha de 28 de abril, el maíz sembrado en EEUU alcanzaba tan sólo el 5% del total esperado y respecto al trigo de primavera la extensión sembrada sería de tan sólo un 12%, lo que además de retrasar las fechas de cosecha podría afectar seriamente a los rendimientos agrícolas.
Teniendo en cuenta que EEUU maneja los inventarios de maíz más bajos desde el año agrícola 1995/96, que se trata del primer exportador mundial de trigo y maíz (22 % y 33% respectivamente) y que es previsible el regreso de la especulación de la mano de los fondos de inversión agrícolas, los precios de las commodities agrícolas se podrían disparar hasta niveles estratosféricos en el segundo semestre del 2013.
Posible crack bursátil: La euforia de Wall Strett (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras el goteo de datos económicos negativos inferiores a las más pesimistas previsiones, habrían ayudado a la sobreponderación de los brotes verdes de la economía (aumento del 2,2% del PIB de EEUU en el 2012 y notable mejora de resultados de la Banca y Wall Street).
Sin embargo, los inversores empiezan ya a sentir el vértigo de la altura ya que se espera que a lo largo del 2013 baje el porcentaje de los resultados empresariales que se destinarán a dividendos así como el número de empresas que repartirán el mismo y además, si los inversionistas comienzan a anticipar un freno a las políticas monetarias destinadas a reactivar la economía por parte de la Fed, podrían verse tentados de exponerse menos al riesgo con el consecuente efecto bajista en las cotizaciones de las acciones.
Ello aunado con el riesgo de un default controlado de los países periféricos europeos, las dudas sobre la capacidad de endeudamiento de EEUU, el estallido de la burbuja inmobiliaria en China(la inversión enfocada en el sector inmobiliario aumentó un 21 % entre enero y junio, por lo que los expertos estiman que de producirse dicho crash causaría un impacto a nivel global 10 veces superior al que provocó el colapso del emirato petrolero de Dubai), la existencia de factores geopolíticos desestabilizadores (Siria, Irán, Corea del Norte) y el regreso de la especulación en las commodities agrícolas de la mano de los fondos de inversión podría producir una psicosis vendedora y originar un nuevo crack bursátil en el segundo semestre del 2013.
Dicho estallido bursátil tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras.
Fuente: ALAI, América Latina en Movimiento
http://alainet.org/active/64959
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