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Agua y clima

Jueves 5 de agosto de 2010 - Agenda Global - Nº 161

Martin Khor

El ambiente continúa siendo noticia. La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el 28 de julio el derecho al agua potable limpia y segura y al saneamiento como derecho humano esencial para el pleno goce de la vida y todos los demás derechos humanos.

Ese mismo día, se publicó un informe autorizado de destacados científicos que presenta nuevas evidencias de la crisis climática que enfrenta el planeta. Brinda numerosos elementos nuevos, ya que el trabajo más citado, el informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), fue publicado en 2007 y se basó en datos de algunos años anteriores.

El nuevo estudio debería contribuir a convencer a la opinión pública de la verdadera gravedad del cambio climático.

En algunos países la percepción pública sobre el cambio climático se vio afectada por el “Climagate”, la filtración de correos electrónicos de algunos científicos especialistas en clima de una universidad británica, que los escépticos utilizaron para desacreditar a los científicos universitarios y a toda la ciencia climática.

La nueva investigación fue dirigida por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, con contribuciones de otras instituciones, incluida la Oficina Meteorológica del Reino Unido. El Financial Times informó que Peter Scott, de la referida oficina, declaró que el estudio hizo uso de once indicadores de clima y encontró que todos ellos se deben a la influencia de los gases de efecto invernadero.

Siete indicadores están en aumento, en especial la temperatura sobre la tierra, la superficie del mar y el aire marino, los niveles del mar, el calor de los océanos y la humedad.

La directora de NOAA, Jane Lubchenco, expresó que el estudio revela que la temperatura media mundial aumentó en 0,56 grados centígrados en los últimos cincuenta años, lo que ha alterado al planeta.

Añadió que los glaciares y los hielos marinos se están derritiendo, la lluvia intensificando y las olas de calor son más comunes.

La investigación también reveló que la primera mitad de este año fue el período más cálido de los que se tiene datos. Peter Scott declaró que esto refutaba los argumentos de los escépticos climáticos, quienes sostenían que el calentamiento global se había detenido o llegado a una meseta en los últimos diez años.

Mientras el “Climagate” servía de distracción a lo que dice la ciencia, el clima del planeta siguió calentándose, subrayó Bob Ward, del Instituto Grantham de Investigaciones para el Cambio Climático y el Ambiente, de la London School of Economics.

Este nuevo informe debería dar un mayor sentido de urgencia a las conversaciones sobre el clima mundial que se reanudaron esta semana en Bonn, en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Se espera que la mayor parte de esta sesión se enfoque en un nuevo documento preliminar que contiene elementos de un acuerdo mundial, presentado por el presidente del grupo de trabajo que dio continuación al Plan de Acción de Bali. Contiene secciones sobre mitigación (medidas para reducir o evitar las emisiones), adaptación (medidas para adaptarse al cambio climático que ya está ocurriendo), financiamiento y tecnología para los países en desarrollo y una “visión compartida”.

Los compromisos de los países desarrollados para un segundo período de reducción de emisiones también se están negociando en otro grupo del Protocolo de Kioto.

Lamentablemente, las noticias recientes de Washington que indican que este año los demócratas abandonaron sus esfuerzos por impulsar una ley amplia sobre clima en el Senado de Estados Unidos conspiran contra una buena atmósfera en las negociaciones.

Por lo tanto, resulta claro que la delegación de Estados Unidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no podrá mantener el ofrecimiento de reducir las emisiones de su país. Previamente había ofrecido reducirlas en diecisiete por ciento para 2020, comparado con los niveles de 2005, una cifra que también está en la ley adoptada por la Cámara de Representantes.

La Unión Europea y Japón podrían mostrarse reticentes a realizar compromisos firmes a menos que Estados Unidos se sume.

A pesar de este revés, seguramente los países desarrollados seguirán manteniendo la presión sobre los países en desarrollo para que asuman más obligaciones. Pero si Estados Unidos, el mayor contaminador histórico, no puede comprometerse seriamente, ¿cómo responderán los otros países?


Publicado: Jueves 5 de agosto de 2010 - Agenda Global - Nº 161

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