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La guerra arancelaria amenaza al sistema mundial de comercio

28 de setiembre de 2018 - No. 346 - Año 2018

Martin Khor

La entrada en vigencia el lunes 24 de setiembre de la nueva serie de aumentos arancelarios anunciados por Estados Unidos y China marcó un nuevo hito en la escalada de la guerra comercial, que amenaza con sacudir las bases del sistema mundial de comercio.

Washington anunció la semana pasada que aplicaría un arancel adicional del 10% sobre las importaciones de China. Beijing replicó de inmediato declarando que impondría aranceles adicionales del 5% al ​​10% a las importaciones de Estados Unidos.

Los efectos negativos de esta guerra comercial ya se están percibiendo. Los precios de los primeros productos chinos importados comenzaron a subir en Estados Unidos, aumentando los costos tanto para los consumidores como para los productores. En China ocurre algo similar. Además, las exportaciones de ambos países también caerán.

Está claro que las acciones unilaterales de Estados Unidos violan varias reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Si se establece que estas violaciones ocurrieron, lo que es bastante probable, deberá suspender sus acciones o enfrentarse a represalias. Los países que ganen los casos escuchados por los paneles de expertos de la OMC pueden imponer aranceles equivalentes a los productos estadounidenses.

Pero para impedir que se implementen las resoluciones en su contra, Estados Unidos ha provocado una crisis en el sistema de solución de diferencias de la OMC, paralizado al Órgano de Apelación al bloquear el nombramiento de nuevos miembros para reemplazar a los que se jubilan.

Para que el Órgano de Apelación de la OMC pueda ver un caso es necesario que cuente con al menos tres miembros, de un total de siete. Pronto solo quedarán tres y dos más se jubilarán en enero de 2019. Por lo tanto, si Estados Unidos apela un fallo en su contra, la decisión del panel no se podrá aplicar.

El sistema de comercio basado en reglas está empezando a descomponerse. Ya estamos viendo un proteccionismo flagrante de Estados Unidos y represalias de los países afectados, en particular de China. Esta guerra comercial podría extenderse dentro de unos meses.

Lo que les interesa a todos los miembros de la OMC es su papel para garantizar la previsibilidad de que sus exportaciones pueden acceder a los mercados de sus miembros, con aranceles a las tasas acordadas en la institución rectora del comercio internacional. Si se pierde esta previsibilidad habría una gran incertidumbre, ya que un país tras otro podría imponer unilateralmente aranceles adicionales, desencadenando represalias.

Esta erosión del sistema internacional de comercio puede ser el efecto más serio de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos.

Puede ser que a Donald Trump no le importe lo que le ocurra al sistema mundial de comercio, ya que ha dicho muchas veces que la OMC es una organización terrible a la que Estados Unidos debería abandonar. Y de hecho, sus acciones recientes parecen calculadas para socavarlo, si no destruirlo.

Estamos ante un escenario inimaginable hace solo un año o incluso algunos meses atrás. Los responsables de la formulación de políticas, las empresas, los analistas y la opinión pública deberían reflexionar al respecto, siguiendo al detalle esta guerra comercial de ojo por ojo que Estados Unidos está librando contra China y otros países.

Martin Khor es ex director ejecutivo del Centro del Sur y fundador de Third World Network (TWN).


Publicado: 28 de setiembre de 2018 - No. 346 - Año 2018

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