Conferencia de Durban sobre el cambio climático trata cuestiones críticas
Viernes 02 de diciembre de 2011 - 47 Año 2011
Meena Raman
Durban, 28 de noviembre – Cuestiones críticas están en juego en la 17.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y su Protocolo de Kyoto, que tiene lugar en Durban del 28 de noviembre al 9 de diciembre.
Segundo período de compromiso del Protocolo de Kyoto
Una cuestión clave en la llamada COP-17 es si las partes del Anexo 1 llegarán a un acuerdo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un segundo período de compromiso del Protocolo de Kyoto sin ninguna condición previa, como lo dispone el Grupo de trabajo especial sobre los nuevos compromisos de las partes del Anexo I con arreglo al Protocolo de Kyoto (GTE-PK).
El primer período de compromiso del Protocolo de Kyoto vence en 2012 y definitivamente habrá un vacío legal antes de que las partes ratifiquen el segundo período de compromiso si no se adoptan nuevos compromisos para la reducción de emisiones en Durban.
Los países en desarrollo han pedido que las partes del Anexo 1 recorten sus emisiones en un mínimo de 40 por ciento en comparación con los niveles de 1990 para el período 2013-2020.
Rusia, Japón y Canadá ya han manifestado que no harán más compromisos con arreglo al Protocolo de Kyoto.
La Unión Europea, Noruega, Australia y Nueva Zelanda han condicionado sus compromisos del segundo período a una decisión con respecto a un nuevo tratado sobre mitigación en el que todas las partes, ya sean “grandes economías” o “grandes emisores”, asuman obligaciones de reducción de emisiones, incluyendo a Estados Unidos y a “economías en desarrollo avanzadas”, como China, India, Brasil y Sudáfrica.
Esos países quieren asegurarse en Durban un mandato para negociar un nuevo tratado de mitigación que reemplace al Protocolo de Kyoto, como resultado del trabajo que está realizando el Grupo de Trabajo Especial sobre la cooperación a largo plazo (GTE-CLP) en el marco de la CMNUCC.
En las conversaciones sobre el clima celebradas en Panamá en octubre, la Unión Europea dijo que el segundo período de compromiso debería ser “la última ocasión en que las obligaciones de mitigación (de esos países) se establecen separadamente de las de otras grandes economías”, porque “el único acuerdo legalmente vinculante abarcará a todas las grandes economías después del segundo período de compromiso del Protocolo de Kyoto”.
Estados Unidos, por otra parte, dejó claro en Panamá que no aceptará ningún tratado nuevo, salvo en sus propios términos. Entre las exigencias de Estados Unidos se cuenta que el acuerdo obligue a todas las grandes economías “de manera simétrica” (es decir, que tenga el mismo carácter jurídico) con respecto a las medidas de mitigación, y que tales medidas no estén condicionadas a la financiación, lo cual es contrario a las disposiciones de la CMNUCC.
Además, Estados Unidos desea una revisión de las categorías correspondientes y no correspondientes al Anexo 1, “para que reflejen la realidad económica de hoy y de mañana, y no la de 1992”, una exigencia que comparten todos los demás países industrializados, incluso los de la Unión Europea.
Algunos creen que, dado el actual enfrentamiento entre republicanos y demócratas en el Congreso estadounidense, es improbable que Estados Unidos pueda aceptar un tratado obligatorio sobre el cambio climático.
Muchos países en desarrollo perciben las exigencias de los países industrializados en un nuevo tratado como una reescritura de la Convención Marco que ignora las responsabilidades históricas y los principios de equidad, responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas.
Además, muchos países en desarrollo temen también que el nuevo tratado legalmente vinculante que vislumbran Estados Unidos y otros países industrializados sea mucho más débil que el actual régimen del Protocolo de Kyoto. También temen que el nuevo tratado reemplace el actual enfoque vertical, científico y basado en la equidad de los compromisos individuales del Anexo 1 por un sistema voluntario y doméstico de “promesa y revisión” para determinar los objetivos acumulados de los países que integran dicho anexo.
Se espera con entusiasmo el resultado de las negociaciones del GTE-PK , especialmente para ver si las partes del Anexo 1 cumplirán sus obligaciones de adoptar nuevos compromisos de reducción de emisiones sin demoras ni condiciones.
Mientras, en el GTE-CLP quedan muchos asuntos por resolver en relación con distintos elementos del Plan de Acción de Bali y de la decisión de Cancún adoptada el año pasado.
Visión compartida
Sobre la base de las conversaciones de Panamá, se elaboró un documento no oficial sobre esta cuestión. Un asunto importante que está pendiente es el alcance de la visión compartida. Los países industrializados desean que el foco esté únicamente en la determinación del objetivo a largo plazo para la reducción de emisiones y en el plazo para el máximo global en términos de números específicos. Algunos países en desarrollo también comparten esta visión.
Muchos otros, por otro lado, pretenden que la visión compartida ponga en práctica los principios de equidad y responsabilidad histórica, incluso mediante una distribución justa y un marco de asignaciones equitativo en cuanto a las reducciones de emisiones, así como el establecimiento de metas globales sobre financiación, transferencia de tecnología, adaptación y desarrollo de capacidades. Además, los países en desarrollo quieren que la visión compartida aborde la cuestión de las medidas comerciales unilaterales y los derechos de propiedad intelectual.
En cuanto al objetivo global a largo plazo sobre la reducción de emisiones para el año 2050, las sugerencias varían desde ninguna cifra hasta un mínimo de 95 por ciento para 2050 y más de 100 por ciento para 2040 con respecto a los niveles de 1990.
Con respecto al plazo para el máximo global, las sugerencias varían desde ninguna cifra hasta el alcance del máximo solo para los países del Anexo 1 a más tardar en 2012 y del máximo global antes de 2015 o 2020.
Adaptación
Tras las conversaciones de Panamá, el facilitador preparó un proyecto de decisión relacionado con el Comité de Adaptación al Cambio Climático. Entre las cuestiones sustanciales de las negociaciones sobre adaptación se cuenta la relación entre el Comité de Adaptación y el mecanismo financiero.
Algunos países en desarrollo pretenden que el Comité tenga más participación en la asignación de los fondos, incluso en los criterios utilizados y en la priorización, mientras que otros temen que esta participación se transforme en un nuevo obstáculo para el acceso a fondos. Los países industrializados, por otra parte, no quieren que el Comité intervenga para nada en decisiones sobre financiación.
Acciones de mitigación de los países industrializados
Muchas partes de la Convención señalan que los países industrializados deberían aumentar el nivel de ambición de sus promesas. Sin embargo, en Panamá, los países industrializados insistieron en que este asunto debe considerarse teniendo en cuenta a todas las partes, incluidos los países en desarrollo que son responsables de una porción importante de las emisiones.
Los países en desarrollo, por otro lado, se opusieron a los intentos de los países industrializados por vincular su nivel de ambición al de los países industrializados.
Acciones de mitigación de los países en desarrollo
En Panamá, los países en desarrollo manifestaron preocupación porque los países industrializados trataban de debilitar sus compromisos financieros y de mitigación, como también de imponer más y más obligaciones a los países en desarrollo en cuanto a la producción de informes bienales de actualización, y consultas y análisis internacionales.
Reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques en los países en desarrollo (REDD-plus)
Según el informe del facilitador del grupo informal en Panamá, las partes exploraron opciones de financiación con miras a acciones basadas en resultados al implementar actividades relacionadas con los bosques, y también consideraron qué son acciones basadas en resultados.
La gran mayoría de las partes pretendía una decisión sobre la financiación de REDD-plus para su plena aplicación.
El facilitador presentó un documento no oficial que era más un bosquejo que un documento de negociación, y pidió a las partes que presentaran opiniones y propuestas que la Secretaría compilaría para que las partes pudieran empezar a trabajar y tener un texto completo para negociar en Durban.
Las principales cuestiones discutidas fueron: (i) diversidad de recursos para la financiación de REDD-plus (los países apoyaron una gama de opciones, que incluye fondos públicos y privados); (ii) definición del alcance de las actividades y acciones basadas en resultados, y (iii) vínculo con el Fondo Climático Verde.
Cabe señalar que el instrumento preliminar del Fondo Climático Verde que se considerará en Durban no preveía una ventana separada para REDD-plus.
Muchos países también destacaron que las actividades basadas en resultados no deberían limitarse únicamente a estudiar las reservas forestales de carbono, sino también el papel de los bosques en la adaptación, la conservación de la biodiversidad y la prestación de servicios ecológicos.
Desarrollo y transferencia de tecnología
En Panamá hubo divergencia de opiniones acerca del papel del Comité Ejecutivo de Tecnología (CET) en el gobierno del Centro y Red de Tecnología del Clima (CRTC), y esta cuestión debe resolverse en Durban. Los países en desarrollo quieren que el CRTC sea gobernado por el CET, pero los países industrializados se oponen.
Japón, Estados Unidos y la Unión Europea, apoyados por Noruega y Suiza, pretenden que el CRTC sea “independiente pero responsable ante la Conferencia de las Partes” y que sea gobernado por la junta directiva de la institución elegida como anfitriona del Centro.
En cuanto al proceso para la selección de la institución anfitriona, la cuestión principal es si se hará mediante un grupo de seis expertos (propuesta de Estados Unidos y Japón), mediante la Secretaría de la CMNUCC (propuesta de la Unión Europea) o mediante el CET (propuesta del G-77 y China).
Otras cuestiones pendientes tienen que ver con los detalles del llamado a presentación de propuestas de posibles anfitriones del CRTC, el cronograma de trabajo del Centro, la evaluación de tecnologías nuevas y emergentes y los derechos de propiedad intelectual.
La Secretaría de la CMNUCC también preparó un análisis de posibles deficiencias en el procedimiento del llamado y de criterios para evaluar y seleccionar al anfitrión del CRTC. Un asunto relacionado es el de la adopción de modalidades y procedimientos para el funcionamiento del CET.
Financiación
En Panamá hubo diferentes opiniones acerca de la financiación a largo plazo. Algunos países industrializados, como Australia, Japón y Canadá, se opusieron inicialmente a cualquier texto sobre la financiación a largo plazo, pero cedieron ante la insistencia de los países en desarrollo.
Mientras, Estados Unidos hizo una propuesta que probablemente encuentre una firme oposición en los países en desarrollo, dado el énfasis que hace en la utilización de fondos públicos básicos para respaldar inversiones privadas. La propuesta de Estados Unidos también pide que los países en desarrollo aporten fondos.
Otra cuestión relacionada con la financiación que debe tratar la COP-17 es la del Fondo Climático Verde. El Comité de Transición encargado de preparar los documentos operativos correspondientes finalizó su trabajo el pasado octubre en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Sin embargo, no se aprobó el informe que contenía el instrumento preliminar del Fondo, debido a las objeciones que presentaron Estados Unidos y Arabia Saudita. El informe y el instrumento preliminar fueron presentados a la COP-17 para su consideración. Una cuestión clave es si el instrumento se aprobará como está o si se abrirá a nuevos cambios.
Publicado: Viernes 02 de diciembre de 2011 -
47 Año 2011
Etiquetas: Cambio climático, Durban, Protocolo de Kyoto
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