La “nueva normalidad” de China
24 de julio de 2015 - No. 219 - Año 2015
Martin Khor
En un discurso durante la IV Cumbre Global de Expertos celebrada a fines de junio en Beijing, el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, Xu Shaoshi, utilizó la expresión “nueva normalidad” para describir los cambios en la economía y las políticas de su país.
Esta nueva normalidad abarca los siguientes factores: estabilidad en el crecimiento de la agricultura y de los servicios, en la demanda del consumo y los precios, y en el empleo. Pero también a las economías deprimidas de los países desarrollados que debilitan el comercio mundial y los precios de los productos básicos, y afectan a China.
Xu describió la caída de la tasa de crecimiento de China (de más del 10% a alrededor del 7%) como el ingreso a la nueva normalidad.
China está contrarrestando la desaceleración mediante la política monetaria, grandes proyectos de inversión, el impulso de la demanda, el fomento de emprendimientos con la reducción de la burocracia y la transformación del propio modelo de desarrollo a través de la expansión del consumo y una rápida urbanización.
Del discurso de Xu podría desprenderse que el cambio es la respuesta a la nueva normalidad de crecimiento moderado, tras décadas de crecimiento de dos dígitos que no volverá, y quizás no deba volver.
Un punto destacado de la Cumbre fue la presentación de Jin Liqun, jefe de la secretaría provisional del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB). Jin sorprendió al auditorio con la promesa de que el AIIB sería “austero, limpio y verde”, tendría altos estándares ambientales y en sus proyectos impulsaría el ahorro de energía y la tecnología amigable con el ambiente.
Los críticos habían alertado que el AIIB y su hermano, el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, podrían tener normas ambientales y sociales menos exigentes que el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, por lo que aceptarían los “proyectos sucios” rechazados por las otras instituciones financieras.
Hay gran expectativa sobre qué hará de diferente este nuevo banco a los existentes y si China puede administrar una institución que cuenta entre sus miembros a grandes países europeos.
Dejé Beijing con el recuerdo de la respuesta del primer ministro Li Keqiang ante el reclamo de un mayor liderazgo mundial: “China no tiene la intención de liderar al mundo sino asumir la responsabilidad de ser un gran país”.
Los países más pequeños querrán estar seguros de que China no tiene ambiciones que afecten sus derechos. La forma en que desempeñe su papel en el mundo será una historia más nueva que normal.
Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.
Publicado: 24 de julio de 2015 -
No. 219 - Año 2015
No hay comentarios
Envíe su comentario
Login