Un nuevo capítulo de la tragedia griega
31 de julio de 2015 - No. 220 - Año 2015
Martin Khor
El electorado griego votó por un partido que levantó un programa antiausteridad y luego se convocó un referéndum en el que ganó el “No” a las exigencias europeas. Pero a los pocos días el primer ministro Alexis Tsipras debió negociar un nuevo rescate por 86.000 millones de euros. Como contrapartida, tuvo que aceptar un conjunto de políticas incluso más duras que las presentadas una semana antes.
«¡Ni prestatario ni prestamista sea!». Este famoso consejo de Shakespeare en Hamlet está tan vigente como siempre y es, sin duda, una importante lección de la tragedia griega actual.
Este año el electorado griego votó por un partido que levantó un programa antiausteridad. Luego se convocó un referéndum en el que ganó el “No” a las exigencias europeas. Pero a los pocos días el primer ministro Alexis Tsipras debió negociar un nuevo rescate.
Como contrapartida de estos nuevos fondos por 86.000 millones de euros, Tsipras tuvo que aceptar un conjunto de políticas incluso más duras que las presentadas por los mismos acreedores una semana antes.
El gobierno griego había estado dispuesto a adoptar las nuevas medidas a cambio de un alivio de la deuda. En su lugar tuvo que aceptar políticas de austeridad y privatización aún más estrictas y ni siquiera obtuvo una reestructuración de la deuda.
Gran parte de los nuevos fondos se destinarán al pago de la deuda existente, no serán para reactivar la economía y, por lo tanto, las perspectivas de crecimiento se verán frustradas. Los ingresos procedentes de la privatización de los activos estatales hasta 50.000 millones de euros formarán parte de un fondo gestionado por los acreedores para pagar las deudas y recapitalizar a los bancos.
El primer ministro griego protestó en Bruselas durante toda la noche del 12 de julio, pero finalmente cedió en casi todos los puntos.
“Crucificaron a Tsipras”, comentó un alto funcionario de la zona euro, según informó el Financial Times. Y Suzanne Moore escribió en The Guardian: “La familia del euro ha revelado ser un conglomerado usurero al que no le importa la democracia. (…) Este ‘plan de rescate’, que se presenta como un ‘plan estricto para ser justos’, es simplemente un plan cruel para ser crueles”.
La opinión pública se vio conmocionada con la divulgación de un análisis confidencial que el FMI había presentado a los dirigentes europeos durante la fatídica reunión del 12 de julio: la deuda de Grecia llegaría al 200% de la producción en los próximos dos años, lo que significa un agravamiento de la situación financiera y revela lo inadecuado de las políticas de austeridad impuestas.
Según el FMI, para que la deuda de Grecia sea sostenible se requiere un alivio a gran escala y propuso medidas “que vayan mucho más allá de lo que Europa ha estado dispuesta a considerar hasta ahora”. Son los mismos argumentos que el gobierno griego había defendido sin éxito y los dirigentes europeos volvieron a ignorarlos en esta ocasión.
La tragedia griega está en pleno desarrollo. Nadie sabe aún el final.
Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.
Publicado: 31 de julio de 2015 -
No. 220 - Año 2015
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