En la época de la vulnerabilidad financiera
22 de enero de 2016 - No. 243 - Año 2016
Martin Khor
El año 2016 comenzó con una fuerte sacudida. El mercado de valores de China se desplomó durante varios días, causando pánico en todo el mundo y provocando la caída de los mercados de muchos otros países.
Se trata de otra alerta sobre la extrema interconexión mundial de las finanzas, una telaraña que ha envuelto de múltiples maneras a muchos países en desarrollo, volviéndolos más vulnerables a los sucesos adversos.
La actual época de vulnerabilidad financiera puede convertirse fácilmente en vulnerabilidad de la economía real en la medida en que afecte el crecimiento del PIB, el comercio y el empleo. En lo inmediato, si la caída del mercado de valores de China afecta a su economía real, los efectos serán graves.
Hay quienes opinan que tal situación contribuiría a un “duro aterrizaje”, en tanto la economía china ya presenta numerosos problemas. Otro punto de vista, en mi opinión más realista, es que la repercusión en la economía real no será significativa. Un documento del Brookings-Tsinghua Centre demuestra que en China, la interconexión entre el mercado de valores y la economía es limitada. De todas maneras, se prevé que la economía china se desacelere este año.
Pero lo más preocupante es que, en los últimos años, las economías emergentes se han vuelto más dependientes y vulnerables en el sector financiero.
La presencia extranjera en los mercados nacionales de crédito, bonos, acciones y propiedades de estos países ha alcanzado niveles sin precedentes y, por lo tanto, se han abierto nuevos canales de transmisión de las conmociones financieras resultantes de los ciclos mundiales de auge y caída, según describe un documento del Centro del Sur elaborado por su economista principal, Yilmaz Akyuz.
En momentos de auge, los inversionistas colocan entusiastamente sus fondos en las economías emergentes. Pero cuando las percepciones o las condiciones cambian, esos mismos fondos salen rápidamente, dejando a menudo tras de sí graves problemas y crisis.
En un artículo publicado la semana pasada en el Financial Times, Martin Wolf destaca el importante cambio en la percepción de los inversionistas internacionales sobre las perspectivas de las economías emergentes.
En el tercer trimestre de 2015, los inversionistas retiraron 52.000 millones de dólares de fondos de los mercados accionarios y de bonos, la mayor salida trimestral de la historia. La principal razón es, según Wolf, la toma de conciencia del deterioro de las economías emergentes.
Por lo tanto, este año se presenta difícil para los países en desarrollo. Por supuesto, si las condiciones internacionales o locales mejoran, las vulnerabilidades no necesariamente se traducirán en efectos adversos reales. Pero es mejor estar preparado ante las posibles dificultades que se avecinen.
Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.
Publicado: 22 de enero de 2016 -
No. 243 - Año 2016
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