Caridad no, Justicia sí
20 de febrero de 2015 - No. 197 - Año 2015
Roberto Bissio
Las Naciones Unidas han comenzado el debate preparatorio hacia la tercera conferencia cumbre sobre Finanzas para el Desarrollo (FpD), de en julio en Addis Abeba. Desde la primera FpD, América Latina ha insistido en discutir también las reglas de comercio injustas, la deuda externa y los “problemas sistémicos” de las finanzas internacionales desreguladas.
Las Naciones Unidas han comenzado el debate preparatorio hacia la tercera conferencia cumbre sobre Finanzas para el Desarrollo (FpD), que se realizará en julio próximo en Addis Abeba, la capital de Etiopía. Las dos anteriores fueron en Monterrey (2002) y en Doha (2009). Desde la primera FpD, América Latina ha insistido en discutir también las reglas de comercio injustas, la deuda externa y los “problemas sistémicos” de las finanzas internacionales desreguladas.
La región apoya a Argentina en el esfuerzo por establecer mecanismos de renegociación de la deuda soberana y así evitar los “fondos buitres” que compran papeles de deuda a precio de chatarra y luego los quieres cobrar por su valor nominal. Pero eso no justifica que la agenda en discusión abandone el concepto de “deuda externa”. La deuda soberana actual (incluso en los países ricos fuertemente endeudados que hoy son la mayoría del G-7) es el resultado de sucesivos rescates para cubrir el endeudamiento irresponsable del sector privado.
Del mismo modo, son cruciales las propuestas sobre colaboración fiscal internacional y la necesidad de luchar contra los flujos financieros ilegales e ilícitos, pero el análisis de los recursos internos o “domésticos” no debe limitarse a los recursos públicos, como quiere la agenda propuesta. La contribución de las mujeres a la economía del cuidado, así como el papel esencial de las pequeñas y medianas empresas y el aporte de los sectores informales y los migrantes son recursos nacionales no públicos que no deben pasarse por alto, pero que no se abordan adecuadamente cuando hablamos de «recursos privados», que por lo general denotan al sector empresarial.
Después de la crisis de 2008, los paquetes de estímulo económico fueron sustituidos demasiado pronto por políticas de austeridad. Estos ajustes están creando sufrimientos innecesarios en muchos países ricos y pobres. Como resultado de la contracción económica, las tasas de interés han bajado a cero en los países desarrollados y hoy hay enormes fondos en busca de mayores tasas.
La FpD3 no debe ser sobre cómo reducir el riesgo de estos inversores financieros corporativos con fondos públicos. Esto implica que los costos terminen socializándose y los beneficios privatizándose. En cambio, la conferencia de Addis Abeba debe ser sobre el fortalecimiento de un «estado de desarrollo», capaz de regular las finanzas con el fin de cumplir con sus obligaciones de derechos humanos, incluyendo educación, salud y seguridad social.
Publicado: 20 de febrero de 2015 -
No. 197 - Año 2015
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