La brecha entre ricos y pobres
5 de febrero de 2016 - No. 245 - Año 2016
Martin Khor
La desigualdad del ingreso y la riqueza pasó de ser un tema académico a figurar en los primeros lugares de la agenda mundial. En la reciente reunión del Foro de Davos, los medios prestaron más atención a un informe de Oxfam sobre el tema que a las opiniones de la élite política y empresarial.
La riqueza de las 62 personas más ricas del mundo equivale a los ingresos de la mitad más pobre de la población mundial, y esta brecha ha ido creciendo, según Oxfam.
El tema ha captado la atención de políticos, economistas, líderes religiosos y periodistas.
Barack Obama calificó la desigualdad como “el desafío que define a nuestra época” y el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos Bernie Sanders declaró que se haría cargo de “la codicia de las empresas y de Wall Street y lucharía para proteger a la clase media”. El Papa Francisco, por su parte, afirmó que “la desigualdad es la raíz de los males sociales» y criticó a “los mercados libres y sin restricciones, y las teorías del goteo”.
En un artículo publicado la semana pasada en el Financial Times con el título de “Los perdedores económicos se rebelan contra la élite”, Martin Wolf sostiene que esto ha provocado el surgimiento de políticos populistas de derecha.
Wolf tiene razón, pero también hay una tendencia opuesta: el desencanto con las medidas de austeridad adoptadas en países como Grecia y España ha dado lugar al ascenso de movimientos de izquierda.
Después de la Segunda Guerra Mundial hubo consenso en que el Estado debía gravar a los más ricos y redistribuir el ingreso, así como aumentar el gasto en los períodos de bajo crecimiento o recesión, impulsando la demanda y el empleo para suavizar los ciclos de auge y caída.
La revolución Reagan-Thatcher rompió este consenso. Pero la crisis financiera mundial de 2007-2011 y la desaceleración económica subsiguiente revivieron las políticas keynesianas de intervención estatal.
Muchos economistas creen que la desaceleración económica o la recesión se deben a la falta de demanda agregada.
Alan Krueger, presidente del Consejo de Asesores Económicos de Obama, concluyó en un informe de 2012 que uno de los efectos de la acentuación de la desigualdad es que el aumento de los ingresos de los ricos provoca una desaceleración del consumo y del crecimiento económico. Los ricos tienden a ahorrar cerca del 50% de sus ingresos marginales, mientras que el resto de la población ahorra solo el 10%.
Estudios recientes han demostrado que en muchos países los salarios cayeron como cuota del ingreso nacional, mientras que la participación de los beneficios se ha incrementado en la misma medida, y este aumento de la desigualdad está relacionado con la falta de demanda y la desaceleración del crecimiento.
Por lo tanto, además de razones morales, éticas, sociales y políticas, existe una justificación económica importante para reducir la desigualdad: es un factor esencial para revertir la desaceleración económica mundial.
Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.
Publicado: 5 de febrero de 2016 -
No. 245 - Año 2016
Los análisis y evidencias sobre la desigualdad son importantes y necesarias. Sin embargo, creo que ya es hora de debatir sobre qué y cómo revertir esta situación. Este no es solo un problema de números sino de valores éticos y democráticos que poco importan a los billonarios del mundo.
El dinero en esta vida es importante, pero no lo mas importante. Ya se habla del «hombre patógeno». Hay eventos que están clonando a la gente, especialmente a los hijas de los ricos-dicos y ello repercute en que se haga más de lo mismo