La situación sanitaria mundial enfrenta muchos desafíos críticos y se necesitan medidas urgentes. Ésta es la impresión que deja la Asamblea Mundial de la Salud que acaba de concluir en Ginebra.

En su discurso de apertura, la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, dijo que el panorama sanitario mundial está dominado por tres desastres: el cambio climático, la resistencia a los antimicrobianos y el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles. Son, señaló, desastres provocados por políticas que colocan los intereses económicos por encima de las preocupaciones sanitarias y ambientales. Y si no se controlan, aseguró, el daño será irreversible.

La Asamblea recibió con beneplácito una nueva hoja de ruta de la OMS con medidas para hacer frente, en el periodo 2016-2019, a los efectos de la contaminación del aire sobre la salud, que causa ocho millones de muertes al año. Y se comprometió a garantizar que, para el año 2020, las sustancias químicas sean producidas y utilizadas de forma tal que se minimicen los efectos ambientales adversos para la salud.

La Asamblea acordó que la OMS establezca un nuevo Programa de emergencias sanitarias que brinde un rápido apoyo a los países ante las emergencias causadas por los riesgos sanitarios, incluidos brotes de enfermedades, desastres y conflictos.

Dos cuestiones sobre la nutrición infantil pusieron de relieve la necesidad de poner los problemas sanitarios por encima de los intereses corporativos: la obesidad infantil y adolescente, y la promoción inadecuada de alimentos para bebés y niños pequeños.

Y respaldó las medidas para hacer frente a la escasez mundial de medicamentos y vacunas, incluso mediante licencias voluntarias u obligatorias de los medicamentos de alto precio.

India, en nombre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), organizó un evento paralelo sobre los efectos de los tratados de libre comercio en el acceso a los medicamentos.

El principal expositor, el profesor de derecho estadounidense Frederick Abbott, advirtió que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) crearía nuevas dificultades para que los países miembros tuviesen acceso a medicamentos asequibles.

Su advertencia fue complementada por el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, quien estimó que los 2.000 millones de dólares que se destinan anualmente para el tratamiento del sida podrían llegar a 150.000 millones si no hubiese medicamentos genéricos y los pacientes tuviesen que utilizar fármacos originales a 10.000 dólares por persona y por año.

Un último tema polémico es el tipo de relación de la OMS con los «actores no estatales». Tras dos años de negociaciones, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó el Marco para la colaboración con agentes no estatales, para evitar los conflictos de intereses cuando las empresas y sus fundaciones ejerzan una influencia indebida. En los próximos años se verá si logra el equilibrio correcto.

Martin Khor es director ejecutivo del Centro del Sur.

Publicado: 10 de junio de 2016 - No. 263 - Año 2016