Unas doscientas mil personas que viven en el sur altoandino del Perú por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar se enfrentan cada año a una serie de eventos asociados al cambio climático. Es necesario que desde el Estado se continúe avanzando en la formulación de normas y el desarrollo de proyectos de mitigación y de adaptación.

Cada año, las poblaciones ubicadas entre los tres mil y cuatro mil quinientos metros sobre el nivel del mar se ven afectadas por heladas, nevadas y granizadas, junto a sequías y ciclos irregulares de lluvias. A esto se suma la proliferación de plagas y enfermedades endémicas, que han subido de bajas altitudes afectando la salud humana, animal y vegetal, y se desarrollan debido a condiciones propicias de humedad, sequía y temperaturas (altas y bajas). Todos estos eventos son cada vez más recurrentes e intensos por las condiciones de cambio climático.

Alrededor de doscientas mil personas que habitan sobre los tres mil quinientos metros sobre el nivel del mar en el sur altoandino del Perú son afectadas cada año por estos eventos combinados con sequías durante los meses de junio a agosto, según datos del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci). Debido a la limitada capacidad de respuesta en las comunidades, esta variabilidad climática extrema genera mayor pobreza y la consecuente pérdida para la población de sus principales medios de vida: suelos, biodiversidad, salud y productividad agropecuaria.

Las bajas temperaturas se producen por las masas de aire frío procedentes de la Antártida e ingresan al territorio peruano por la meseta del Titicaca. Las heladas ocurren cuando la temperatura del aire disminuye por debajo de cero grados centígrados en un ambiente con una humedad relativa mayor al sesenta por ciento. La helada implica necesariamente la formación de “hielo” mientras que el friaje son bajas temperaturas determinadas por el promedio establecido para un territorio o zona determinada. El friaje afecta territorialmente a ámbitos grandes, mientras que las heladas “caen” en determinadas franjas. En general, los campesinos saben y tienen delimitadas estas zonas. Según el Indeci, granizo es la precipitación pluvial helada que cae al suelo en forma de granos. Suele caer por tiempos muy cortos -que a veces no llega a una hora-, pero ocasiona daños especialmente a los cultivos y animales.

Aun cuando las condiciones de variabilidad climática actuales son más drásticas por el cambio climático y los procesos de desertificación, las culturas prehispánicas peruanas convivieron y manejaron estos riesgos, capacidades que progresivamente se han ido perdiendo debido a la hegemonía de culturas externas, así como por la propia dinámica del desarrollo desde el Estado al no incorporar estas variables.

Estos eventos causan desastres porque actúan en un escenario de vulnerabilidades tales como:

1. El limitado acceso a tecnologías apropiadas a bajas temperaturas, inaccesibles por sus altos costos.

2. La pérdida de “saberes andinos”, como el manejo de cuencas, la diversificación de cultivos, la cosecha de agua, el almacenamiento de semillas, la predicción climática por medio de factores astronómicos, meteorológicos e indicadores biológicos (también llamados fitoindicadores y zooindicadores).

3. La pérdida de buenas prácticas agropecuarias, sumada a la intensificación de las actividades productivas, que ha llevado al deterioro de los medios de subsistencia de la población, entre ellos el capital natural como es el caso de los suelos cada vez más pobres debido a la erosión y contaminación, el agua cada vez más escasa en cantidad y calidad, la pérdida de la diversidad biológica no solo por la destrucción del hábitat, sino también por las tendencias hacia la estandarización de monocultivos discriminando los genes y ecotipos locales.

4. La fragilidad de las condiciones sociales de la población altoandina, especialmente niños, ancianos, mujeres y personas con discapacidad. Un estudio realizado en 2008 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) muestra que 30.4 por ciento de las familias se encuentran en una situación de inseguridad moderada y 16.1 por ciento sufre de inseguridad severa, en tanto que 49.6 por ciento de niños entre seis y cincuenta y nueve meses, y treinta y uno por ciento de mujeres sufren de anemia. A esto se suma el hecho de que las viviendas no son adecuadas para proteger a las familias de las bajas temperaturas (muchas de ellas tienen techo de calamina).

5. La limitada incorporación de los riesgos por friajes en la planificación del desarrollo. Un estudio sobre los Planes de Desarrollo Concertado realizado por Soluciones Prácticas en 2011 en Apurímac, Ayacucho, Huancavelica y Loreto indicó que éstos no han incorporado la gestión de riesgos agropecuarios, el setenta por ciento de las Plataformas de Defensa Civil están inactivas, las Oficinas de Programación de Inversiones no han incorporado el Análisis de Riesgos en los proyectos de inversión pública tal como lo exigen las normas y que, a pesar de existir diversos instrumentos, como planes de contingencia, mapas de riesgos y mapas geológicos, éstos no son vinculantes con las acciones propias del desarrollo, además que no son de conocimiento público.

6. El limitado manejo de la información y respuesta organizada ante bajas temperaturas. Los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) son presentados muchas veces a nivel nacional y macrorregional, por tanto es una incógnita saber qué va a pasar en una localidad determinada. Este vacío podría suplirse con información local complementada por percepciones locales producto de la observación de indicadores biológicos y astronómicos usados desde tiempos ancestrales, además de la construcción de mapas comunitarios de zonificación especialmente para heladas bajo un enfoque de microcuencas.

Este artículo fue realizado por el equipo del Programa de Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático de Soluciones Prácticas, organismo integrante del Grupo Perú COP 20.

Publicado: 25 de octubre de 2013 - No. 137 - Año 2013